Capítulo 1: Renunciar al alma

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HARA

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HARA

Todo el mundo se cree un héroe

Fantaseamos con momentos de la gloria.

Los leemos en los libros y los vemos en las películas.

¿Correr a un edificio en llamas para rescatar a un perro? Claro. ¿Donar un riñón a un amigo? Sin problema. ¿Intervenir en un robo a mano armada? Fácil

Pero la cruda realidad es que nadie sabe como reaccionaría llegado el momento. Hasta que el ladrón no tenga el arma apuntando a tu sien y puedas oler la pólvora, nada.

¿Y  si llega el momento? ¿Serás lo suficientemente fuerte? Para enfrentarte al arma y decir: ''Escógeme. Dispárame. Mátame''

Cuando llegue el momento, ¿qué elegirás?

Tu vida o la de ellos

Apreté la mano de mi padre, con el corazón en la garganta

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Apreté la mano de mi padre, con el corazón en la garganta. Me dolía verlo así. Estaba inconsciente en la cama  del hospital, con tubos conectados a los brazos y al pecho. Las máquinas sonaban a su lado y una máscara de oxígeno le cubría la cara.

Las lágrimas cayeron por mis mejillas y yo, volví a secarlas por milésima vez.

Era imprescindible en mi vida. El ancla que mantenía unida a nuestra familia. Un pilar de fuerza y salud.

Daisuke, mi hermano mayor, apareció por la puerta. Me acerqué a él y lo abracé.

—¿Qué dijo el médico? —pregunté —Daisuke miró por encima de mi hombro a papá.

—Salgamos al pasillo —dijo.

Asentí, me acerqué a papá  y le di un beso en la frente antes de salir con Dai fuera de la habitación.

Bajo la luz fluorescente del pasillo del hospital, recorrí a mi hermano con la mirada. Al verlo con el pelo revuelto, las mejillas sin afeitar, y unas profundas ojeras moradas, supe que había tenido un día duro.

Una propuesta - Ran Haitani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora