Cuando dos extraños que no tienen absolutamente nada en común se ven obligados a casarse, su relación pondrá a prueba la famosa teoría: ¿Pueden realmente atraerse los opuestos?
Ran Haitani, el rompecorazones tiene dinero, fama, poder y está acostum...
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RAN
— ¡Hara, no es lo que parece!
Incluso mientras las palabras salían de mi boca, sabía lo tópicas y ridículas que sonaban, pero no pude evitarlo.
Estaba mirando a Naomi, y... ¡Mierda! ¡Maldita sea! Iba a pensar que había estado acostándome con otras, otra vez.
Después de todo el progreso que habíamos hecho últimamente, esto era lo último que necesitaba. Por primera vez, no la estaba engañando activamente.
Honestamente, sólo estaba tratando de ser amable, y esto fue lo que obtuve a cambio.
Ninguna buena acción queda sin castigo, supongo.
Quería insultar a Naomi, llamarla perra inútil. Me estaba complicando la vida, ¿y para qué?
¿Un colgante que le regaló su exnovio? ¡A quién le importaba!
Antes de que pudiera gritar a Naomi o intentar excusarme, ocurrió algo aún mas soprendente.
Naomi cogió la mano de Hara. — Es verdad — dijo. — Me llamo Naomi. Estaba aquí buscando algo. No estábamos...
Los ojos de Hara se abrieron de par en par. Por un segundo, una emoción recorrió su rostro. Casi parecía aliviada. Así que a ella le importaba.
— De todos modos, no es de mi incumbencia dijo mansamente. — Vosotros dos podéis hacer lo que queráis, de verdad.
— No, de verdad — dijo Naomi — Ran y yo... Solíamos intimar. Pero ya no. Rompimos. Él se preocupa por ti mucho más que por mí.
Los ojos de Hara se dirigieron a los míos. No pude leer su expresión, pero sentí que la respiración se me cortaba en la garganta. Como si este fuera un momento decisivo. Si ella creía a Naomi...
Todavía teníamos una oportunidad.
Todavía podría conquistarla.
Todavía podría mostrarle a Hara que había cambiado.
Pero si ella no creía a Naomi...
Naomi se giró y me miró, y aunque todavía parecía dolida por lo cruel que había sido con ella, debió leer mi expresion, porque sonrió suavemente.
— Ran... en realidad sólo estaba tratando de ser amable. De ayudarme a encontrar algo que me dejé aquí.
No podía creer su gracia, su amabilidad.
Siempre había sido simpática, pero nunca la había visto como algo más que la guapa estudiante de negocios que era buena en la cama. Pero claramente había una persona real ahí dentro.
Una persona con la que había sido tan innecesariamente cruel.
