HARA
El hermoso paisaje de las afueras pasaba volando a nuestro lado mientras avanzábamos por la autopista.
Ni mis mejores sueños no podía haber imaginado lo que iba a ver.
Las playas, las tierras de cultivo, las casas del siglo XVIII, todas ellas gigantescas e inmaculadas, eran demasiado para mi.
Miré a Ran. Estaba conduciendo, lo cual era una novedad. Había decidido conceder a Hayate un merecido tiempo libre, una medida que me pareció inusualmente caritativa.
No es que lo cuestionara. Si alguien se había ganado un tiempo con su familia, era Hayate, quizá mi favorito del personal de Ran.
Ran llevaba guantes de conducir y gafas de sol de diseño, tan concentrado en la carretera que apenas parecía darse cuenta de nuestro magnífico entorno.
Supongo que estaba acostumbrado a ellos.
Pero entonces se dio cuenta de que lo observaba y me lanzó una mirada divertida.
— ¿Tienes algo en mente, Hara?
— Oh, no. Sólo estaba... admirando lo hermoso que es todo allí afuera.
— Realmente quieres saber a dónde vamos, ¿no?
Asentí con la cabeza. La verdad es que el suspense me estaba matando. Las sorpresas con Ran rara vez resultaban buenas.
— Muy bien, para que no hagamos el ridículo entrando a ciegas, te pondré al corriente — dijo
Ran, sonriendo esta vez.¿Era eso un intento de coquetear? No sabía qué pensar. Esperé a que me dijera a dónde íbamos
—¿Te acuerdas de la tía Masaru?
Parpadeé, confundida. — ¿Quién?
— ¿No? — preguntó. — ¿Y de sus hijos, Yusuke o
Kenji? ¿O mi otra tía, Shiro? O...Siguió diciendo nombres que sonaban a relleno y que se mezclaban entre sí, y yo seguí mirándole sin comprender nada. Finalmente, se dio cuenta de que no tenía ni idea de quiénes eran.
— Son mi familia extendida. Los conociste brevemente en la boda.
Eso lo explica. Había pocos días que pudiera recordar con menos claridad que el día de mi boda.
Había sido una mezcla de emoción, horror y confusión.
Todas las caras, los nombres... ninguno se me había quedado grabado. Lo único que recordaba eran las palabras que Ran me susurró en el altar.
Soy un hombre poderoso. Consigo lo que quiero.
Y lo que quiero es arruinarte.Me hizo estremecer sólo de pensarlo. Ran se dio cuenta de mi expresión, porque se quitó las gafas y me miró de cerca.
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Una propuesta - Ran Haitani
FanficCuando dos extraños que no tienen absolutamente nada en común se ven obligados a casarse, su relación pondrá a prueba la famosa teoría: ¿Pueden realmente atraerse los opuestos? Ran Haitani, el rompecorazones tiene dinero, fama, poder y está acostum...