HARA
— ¿Qué estás cocinando, dulce guisante? Huele muy bien. — Papá asomó la cabeza a la cocina.
— Estoy preparando la sopa de miso. — Sonreí, mientras cortaba los champiñones.
—Bueno, recuérdame que le agradezca a tu marido por trabajar este fin de semana. No se lo digas a Dae, pero no he visto comida con tan buena pinta en semanas!
Papá cogió una gamba rebozada que había preparado.
Le di un manotazo en la mano.
—¡Nada frito! Órdenes del médico, ¿recuerdas?
— ¿Nuestro pequeño secreto? —Papá guiñó un ojo y luego cambió de tema. —¿Cómo está ese marido tuyo?
— Oh, Ran esta bien.
—¿Sólo bien? Ninguna hija mía se habría conformado con estar bien. —Se burló papá, yendo a por otro trozo de gamba.
Deslicé el bol de ensalada hacia él.
La televisión de la otra habitación se llenó de aplausos.
—¡Whoop! — Papá se metió la gamba en la boca, corriendo hacia el sonido.
Me reí, escuchando su canto de victoria. Los Gigantes debían haber marcado.
Me sentí bien al volver a la pequeña casa en la que crecí. Me alegré de haber aceptado la oferta de Emma de visitar el barrio con el pretexto de ver algunos lugares para celebrar bodas.
Me sacó de roppongi y me dio algo de tiempo para recomponerme y pensar qué hacer con Kenjiro.
Le había enviado un mensaje a Ran antes, haciéndole saber que estaría fuera. Sabía que estaría trabajando todo el fin de semana y no quería estar sola en el apartamento.
Claro, tal vez estaba huyendo de mis problemas, pero no quería preocupar a Ran, ni a mi padre ni a mi hermano, que ya eran demasiado cautelosos conmigo después de lo que pasó con mi antiguo jefe.
Otra ovación en la televisión.
—¡Vaya! Fueron los 49ers —informó papá al reaparecer en la puerta de la cocina—. Lo siento, guisante, ¿decías?
— Nada, Ran y yo estamos genial.
— Bueno, me alegro de oírlo, cariño, pero me gustaría oír algo más que "genial". Pronto cumplirás un año de casada y apenas conozco al chico. Apenas hablas de él.
La unica desventaja de tener a papá de vuelta era que en esto también estaba de vuelta. No se perdía nada, como cuando éramos niños.
—De verdad, papá....
—Mira, guisante, has estado callada desde que llegaste. ¿Pasa algo malo? ¿Está todo bien entre vosotros dos?
No sé qué me hizo decirlo. Tal vez me preocupaba que le hablara de Kenjiro si me presionaba más, o tal vez tantos meses guardándole secretos a mi padre habían desgastado mi determinación, pero me encontré diciendo que no quiero estar casada con él.
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Una propuesta - Ran Haitani
FanficCuando dos extraños que no tienen absolutamente nada en común se ven obligados a casarse, su relación pondrá a prueba la famosa teoría: ¿Pueden realmente atraerse los opuestos? Ran Haitani, el rompecorazones tiene dinero, fama, poder y está acostum...