ch. 008

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OCHO:
mancha negra

OCHO:mancha negra

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— YA VEO —MURMURÓ Hermione, escribiendo con rapidez en un pergamino — Tiene sentido, no hay ningún número que tenga que ver más con lo desconocido que el siete.

Era 31 de octubre y Dione y Hermione se encontraban en el vestíbulo del castillo. Las dos chicas asistían a Runas Antiguas y a Estudios Muggles, las dos terminaron compartiendo pupitre en ambas clases, por lo que habían empezado a pasar más tiempo juntas. La clase anterior, la castaña le había pedido que compartieran algunos apuntes, pero Hermione solo resultó tener tiempo libre poco antes de ir a su primera salida a Hogsmeade.

—Y con la tarea de Estudios Muggles, ¿cómo se llama esa cosa que usan para alisar la ropa?

—Plancha —Hermione era hija de muggles, pero se había metido a esa asignatura para entender a los muggles desde la perspectiva de los magos —. Mira, ahí están Ron y Harry.

Los dos chicos volvían del Gran Comedor. Harry no parecía estar de buen humor; había escuchado de Hermione que sus tíos no le habían firmado el permiso de salida, el chico hasta había intentado conseguir que la profesora Mcgonagall lo dejara ir (ella claramente se negó). Además, tampoco podía tratar de escabullirse, ya que el conserje, Flich, vigilaba recelosamente, asegurándose que nadie sin permiso saliera.

—¿Qué hacen? —pregunto Ron, mirando las hojas que cargaban ambas chicas—¿Estudiando un fin de semana?

—Solo revisamos unos apuntes de Runas—Hermione lo miró mal.

—¿Runas? —preguntó Ron incrédulo —¡Pero esa es a la misma hora que Adivinación!

—¿Qué dices, Ron?

—¿También se desaparece de manera rara en clases? —Harry le pregunto a Dione, ella asintió —Me pregunto cómo le hará para asistir a todas.

La profesora Mcgonagall empezó a dar los últimos llamados, Hermione y Ron se despidieron y se fueron a organizar con el resto de estudiantes.

—¿Te quedas aquí, Potter? —gritó el chico rubio del tren, que estaba en la cola, junto a otros dos Slytherin—. ¿No te atreves a cruzarte con los dementores?

—Tiene mucha cara para burlarse a pesar de que se escondió en un vagón que no era el suyo —bufó Dione, pero Harry no le hizo caso al rubio.

Después de que los estudiantes se fueran, los dos se retiraron, Dione siguió a Harry y se sorprendió cuando él sugirió ir a estudiar. Por alguna razón, esperaba que el chico aprovechara ese solitario castillo para hacer alguna travesura, pero Harry no tenía planeado nada parecido, y por alguna razón eso la decepcionaba. Se estaban dirigiendo a la biblioteca, pero Harry cambió de idea, le dijo que no tenía ganas de trabajar. Dieron media vuelta y se toparon de cara con Filch, que acababa de despedir al último de los visitantes de Hogsmeade.

☉ temporal paradox | gemelos weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora