New Territory

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advertencia abuso leve

Hiciste alarde de la tobillera que te dio casi todos los días de esta semana. Susy te había preguntado al respecto varias veces y se dio cuenta de que nunca te la quitabas, solamente para ducharte. De pie en el baño contigo, ella lo sostenía entre sus dedos, admirando su belleza y riqueza, mientras tú decías tonterías sobre él mientras el agua empapaba tu piel.

- Tiene que ser un chico. ¿Va en esta universidad? ¿Es rico? ¡Cuéntame más!

Lanzándole agua mientras te secabas, murmuraste:

- No es un chico, Sus, es un regalo de mi papá porque me está yendo bien en inglés.

Ella podría decir que estabas mintiendo incluso antes de que lo hubieras pensado tú misma. Eras callada cuando guardabas secretos. Ese no debe haber sido un regalo de tu papá, Susy conocía la relación que había entre ustedes dos, nunca antes había tenido un gesto tan audaz como este.

- No mientas T/N, solo dime... No se lo diré a nadie - te pidió respuestas.

Respuestas que no planeabas darle.

- No estoy mintiendo, me la regalo papá, lo juro.

Aspen vino unas horas después y también te molestó con lo de la tobillera.

- ¡Maldita sea! ¡Me la quito si quieres! - gritaste con sarcasmo, no te lo quitabas, te marcaba como suya.

Susy y Aspen tenían sus propias conspiraciones, ninguna de ellas te relacionaba con tu profesor, gracias a Dios. Winston también había notado la joya, escuchándola tintinear mientras caminabas por el campus. Se puso celoso, empujando hacia sí mismo a cualquier chica que pasara, tratando de llamar tu atención. Para su sorpresa, no estabas interesada. Esta fue la primera vez que lo desobedeciste y el tiempo más largo que ustedes dos habían estado separados. Se sentó y esperó a que volvieras. Eso no iba a pasar ahora que tenías un juguete nuevo y brillante.

Sebastian era mejor en muchas formas que pudieras explicar. Él era bueno contigo. Tratándote con respeto, comprándote regalos, siempre asegurándose de que te corrieras antes que él, Preocupándose de tus sentimientos. Era lo contrario a Winston en realidad. Era saludable

Sebastian llegó tarde a clase, solo pensaste que estaba agotado porque era su última clase este viernes por la tarde. Winston se sentó en su asiento poniendo los ojos en blanco y molestando al profesor. Si tan solo estuviera aquí, eso lo callaría.

- Ten un poco de respeto, debe tener una razón para llegar tarde, si no te cae bien entonces sal de su clase - le espetaste, teniendo suficiente de su mierda.

Te miró desde su asiento en la última fila, frunciendo el ceño en todo caso. Odiaba cuando respondías. No ser su novia significaba que no tenía el poder de callarte, solo te hablo con su actitud de mierda.

- Eres la mascota de los profesores T/N, me sorprende que no te esté comiendo el coño con lo mucho que te chorreas por él cada vez que estás en clase - se río de su propio comentario - puta.

Eso fue todo, te pusiste de pie y caminaste hasta donde estaba sentado. Sonrió en su asiento, feliz de haber llamado tu atención por una vez, sin importarle que fuera de mala manera. Antes de que pudiera abrir la boca para acosarte de nuevo, se sorprendió por la poderosa bofetada que le diste en la cara.

- ¡JAMÁS ME DIGAS ESO DE NUEVO! - gritaste, cansada de sus comentarios machistas.

Con eso, agarró tu brazo, apretándolo con fuerza. Esta vez sí van a quedar moretones. Estabas molesta con él. La clase solo se preocupó de sus propios asuntos, ignorando la discusión que acabas de tener. Dios lo que es la sociedad hoy.

- No creas que no veo lo que estás haciendo, alardeando de ti misma en la universidad como una maldita muñeca sexual... sabes que eres una puta, simplemente no puedes aceptarlo - dijo con una sonrisa traviesa.

- ¡Disculpen! - Llamó una voz varonil desde el fondo de la habitación - ¡sepárense ahora!

Sebastian se quedó allí luciendo bastante enojado. Sabía que no era tu culpa, pero no podía darte un mejor trato o la gente sospecharía que algo estaba pasando.

- ¡Pero señor, ella empezó! - mintió Winston.

- ¿Eso es cierto, señorita T/N? - Sebastian te miró decepcionado, pero esperaba que lo negaras.

- Me llamó puta, así que lo abofeteé, se lo merecía, señor - escupiste, mirando al patético chico sentado en su asiento debajo de ti.

Winston solo se echó hacia atrás, esperando que te metieras en problemas. Sebastian lo llamó al frente y lo llevó afuera. Cuando regresó agarró sus cosas y se fue. Lo habían expulsado de la clase. Era la segunda vez que Sebastian lo atrapaba abusando físicamente de ti, aunque fuera lo más pequeño. El hecho de que te dejara una marca lo volvió loco. Estos eran los momentos en que deseaba no ser un profesor para poder sacarle la mierda sin excusarse de que era un alumno.

Yes Sir | PROFESSOR STANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora