Hoy era un día que tocaba partido contra Barcelona, justo el debut de Luka.
Pepe estaba ahí dando una mirada asesina a todos, el único que se mantenía de pie era Sergio, supo lo que había pasado a causa de él, no tenía que tener una imagen débil ante su presencia, tenía que ser más bruto de lo que ya era con sus compañeros. Aveces creía que era una mala idea haber sido fichado por Real Madrid.
Luka miraba absolutamente todo lo que pasaba en el ambiente, quería ver que tal se comportaban al ver a alguien, que, al parecer era más demandante que Sergio, incluso él parecía tener un toque de nervios. Había descubierto su debilidad por su propia cuenta.
—Justo contra Barcelona—. Se dijo a sí mismo Pepe, mientras que pasaba una mano por su cara, la verdad es que todos lograron escucharlo.
Özil por primera vez estaba separado de Sergio, al menos en presencia de Luka. Éste por primera vez no quitaba sus ojos de él, con tal de descubrir que podría salir de la boca del español, si es que salía algo.
Pasaron unos minutos de una charla algo extraña, hasta que Pepe se fue, dejó el resto a solas. Sergio parecía tener su alma en otro mundo, sus recuerdos habían aparecido por su mente otra vez, justo antes de un partido.
La mayoría se quedó viendo algo incómodos con lo que estaba pasando, no tuvieron mucho tiempo que perder y se fueron afuera también. Tenían que empezar con el partido y no debían de perder tiempo.
Allá en el exterior la mente de Sergio estaba intentando quedarse vacío, sin escuchar ningún aficionado o lo que fuera que se escuchara. Solamente quería estar jugando en silencio, como en los entrenamientos. Aún que no era siempre así.
Todos se habían puesto a sus posiciones, mientras que Luka estaba sentado mirando al resto, se quedó mirando más a Sergio que a otra persona, necesitaba descubrir que tal era su mente en la cancha, y a la vez del resto en lo posible.
Luka logró ver como Sergio había hecho un pase bien de lejos, hasta que llegó en el pecho de uno de ellos, fue el pase para Marcelo, pasó para otro compañero más hasta que casi había metido gol, pero la pelota fue detenida por el golero, justo a tiempo.
En el minuto 10:30 del primer tiempo Higuaín había metido un gol, aprovechó que los otros tres defensas que estaban detrás de él no lo lograron alcanzar.
Se escuchaban los gritos de los aficionados, Luka no dudo mucho en dar una gran sonrisa con tal de apoyar a su equipo también.
En el minuto 18 surgió otro gol, de esta vez fue de Cristiano, Di Maria fue corriendo a celebrar con el, Luka hizo una mueca de desagrado cuando vio que Sergio también fue a celebrar con él.
Pepe había recibido tarjeta amarilla en el minuto 20, justo cuando habían hecho saque lateral, había dado la pelota justo en el ángulo perfecto de la cabeza de Pepe, el cual sin querer dio un cabezazo hacia Sergio, y de paso se cayó Piqué junto con él.
Luka intentó aguantarse una risa al enterarse de ello.
Vio cómo anularon el gol y a Pepe le habían mostrado la tarjeta amarilla.
A los 27 minutos Adriano recibió tarjeta roja, había llevado con todo a Cristiano, empujandolo mientras iba con la pelota.
En resumen fueron demasiadas tarjetas amarillas, y a Sergio también le tocó una. Luka se sentía algo confundido junto con el ruido de al rededor, hasta que había llegado su momento.
Parecía un ciervo perdido en el bosque, se sentía algo oprimido, principalmente al ver como Sergio actuaba, aquella manera tan extraña de demostrar mucha agresividad. Pero no sabía que eso sólo era el principio de una verdadera personalidad en la cancha. Un león suelto, hambriento, en busca de hacer cualquier cosa con tal de ganar el trofeo final.
El cual ganaron.
El resultado final fue 2-1, el único gol de Barca, que fue de Messi.
Los aficionados estaban orgullosamente feliz por el trofeo, mientras que los jugadores también. Pero Modrić sentía algo en el que no sabía expresar si eran nervios o no había procesado nada ni siquiera lo que había sucedido el primer día.
Primero le habían entregado el trofeo a Iker, lo agarró y sintió la alegría inmensa mientras lo agarraba, luego lo pasó para Luka, el más confundido que tuvo que fingir una sonrisa también. Y así fueron pasando el trofeo.
Llegó el momento de tomarse una foto y para la mala suerte del croata le tocaba estar al lado de Özil, lo bueno era que al menos estaba al lado de Cristiano, por lo menos eso.
Se fueron de allí y siguieron caminando por la cancha, pasándose el trofeo aún, hasta que llegó a las manos de Sergio, las manos las cuales Luka creía que eran de fuego y ardían demasiado como su mente. O algo así. Pero justo en ese momento que Sergio tenía aquello en las manos, estaba buscando al pequeño croata.
Luka hacia ratos que se estaba acomodando el cabello, lo ponía atrás de su oreja, sentía que tal vez eso pasaba un poco su ansiedad, hasta que vio a Sergio buscando algo, creyó que tal vez buscaba a algún otro compañero, pero vio cómo se iba acercando a él, su corazón iba palpitando a mil por hora, y eso no era por amor, era por los nervios y los miles de pensamientos que corrían en su mente de lo que llegaría a suceder.
Sintió como Ramos rodeó su brazo en su hombro, la mano del croata iba agarrando el trofeo también, pero sintió que su mano justo estaba junto con la del español. Luka creyó que aquello sería el fin del mundo, que tal vez así lo iba a torturar primero por el hombro hasta quitarle el brazo. Pero no fue así, solamente se sacaron una foto y ya, hasta que el trofeo llegó a las manos de Marcelo.
Sergio se había ido y Luka se sentía solo, prácticamente la mayoría estaba en dúo charlando, disfrutando del momento y compartiendo risas, el parecía el único fenómeno callado, mirando a todos lados, sonriendo como un tonto como si no tuviera más nada que hacer a no ser estar poniendo su cabello para atrás de su oreja, su manos y su brazo ya se sentían cansados por estar repitiendo la misma acción, pero la ansiedad lo estaba consumiendo.
Cuando habían llegado a los vestidores, Iker felicitó a todos de corazón. Luka se había sentado a respirar un poco de aire, sentía que todo lo que había pasado había sido tan rápido, y más cuando lo pusieron en los últimos minutos, no sabía porque se sentía tan extraño, tal vez porque sintió por primera vez un lado extrañamente raro de su "nemesis".
Sergio lo vio con la respiración agitada, no tuvo otra que retarlo, pero de esta vez no tuvo que gritar ya que estaba algo cerca.
—¿De qué estás tan agotado?, ni siquiera duraste tanto en el partido como nosotros, deja de llamar la atención, inútil—. Dicho eso, Sergio se había ido a quitarse la remera y demás ropa, Luka sentía que con esas palabras le iban a causar ganas de vomitar, lo cierto es que si tenía ganas.
Intentó aguantarse las ganas de llorar por sentirse insuficiente, ya se sentía mal por hacer el ridículo en la cancha, no quería estar peor ahora que Ramos le había dado una buena razón para no estar "llamando la atención".
Ahora solo le quedaba pensar en algo que le hubiera hecho feliz, pero no era así de fácil, le venía en la mente el escenario de su abuelo. Ya había pasado por ese escenario de estar mal y su mente dejarlo aún peor. Ni siquiera cuando estaba en el Tottenham le pasaba eso.
Se quedó callado mirando a los demás estar felices con el trofeo, ¿para qué arruinarlo? Al final sólo trató de seguir la felicidad del resto, pero sentado, porque creía que al pararse iba a vomitar ahí mismo donde estaba.
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Tú voz - Lukamos
Fiksi PenggemarLuka Modrić había acabado de entrar a los vestidores. Justo cuando entró, pasó algo terrible. Esta historia relata como unos ataques de ira falsos podían ser controlados por el amor.