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Özil se quedó pensando en lo que vio, fue como si hubiera visto que algo de cristal que estaba en un museo se rompía en frente a sus ojos, sin haber sido su culpa.

Era de noche y cada quien estaba en su casa, Sergio había vuelto a la normalidad y tampoco había decidido tomar. Sentía que eso lo iba a consumir y no quería conventirse en alguien que tomaba demasiado, además de que en primer lugar el fútbol para él era lo esencial, lo hacía escapar de sus problemas, aún que tuviera que pasar por unas cuantas tarjetas amarillas y rojas.

Lo que Mesut no sabía en absoluto, fue que había contado su secreto a la persona incorrecta. No pudo aguantarse mucho en guardarselo, y tampoco sabía cómo desahogarse, ¿y que mejor que contarle a un compañero buena onda?, Marcelo.

Le había dicho a Luka lo que el otro le había dicho que no le contara a nadie, pero sabía que Luka tampoco podía hablar, así que esa era una buena ventaja.

Luka cuando se enteró lo de Özil se quedó completamente sin palabras, creyó que tal vez lo que le había dicho Marcelo era broma o algo. Pero sabía que no era capaz de eso.

Lo gracioso es que cuando Marcelo estaba grabando ese audio hablando sobre eso, estaba cocinando y se escuchó como se había caído una olla (que por suerte estaba sin nada). Se reía y a la vez decía insultos que no entendía ya que era en portugués.

Al día siguiente amaneció lloviendo, tuvieron que cancelar el entrenamiento.

Luka se quedó muy aburrido, así que decidió dormir nuevamente al ver ese mensaje de que cancelaban. Empezó a ver como su celular brillaba otra vez, eran esos mensajes que no lo dejaban ni siquiera dormir cinco minutos más. Pero no le dio importancia. Dio vuelta el celular y siguió con lo suyo.

Lo que no se había enterado, era de que pensaban en hacer algo productivo entre todos, como ver alguna película o algo.

Luego de unas horas Luka respondió el mensaje de que si iba, sabía que no tenía más nada que hacer.

Se arregló como para ir allí, y fue en camino a la casa de Marcelo. Ya que él fue el que había invitado.

Estaban unos pocos, incluso Gareth estaba ahí. Se había olvidado de su existencia por un momento.

Todos estaban sentados en cada sofá Marcelo y Kaká estaban en una esquina del sofá más grande, mientras que Luka y Gareth estaban juntos en el centro. Por otro lado en los otros sofás estaban Iker, Di María, Benzema y Cristiano. Eran los que hasta ahora les había conseguido buena confianza.

-¿Te sientes bien?-. Preguntó en un susurro a Luka, este asintió con la cabeza levemente, mientras apoyaba su cabeza contra el hombro de su contrario.

La película que habían puesto para mirar era Coraline, a Marcelo le encantaba. A Kaká por una parte le daba escalofríos, le daba gracia verlo así, solo por una película.

Hubo un momento que Marcelo tuvo que ir hacia donde estaba el otro brasileño, ya que parecía que iba a colapsar de los nervios, no lo demostraba directamente ya que estaba mirando al suelo, como si la película no le importara.

Pasaron las horas y la tele ya estaba apagada, todos estaban dormidos y nada parecía interrumpir aquello. Lo lindo de todo era que sabían que nadie iba a juzgarlos, ya que todos habían tenido tal confianza para hacer cualquier cosa que se les diera la gana.

Bastaron unos pocos minutos para que el celular de Luka se prendiera otra vez, Modrić tuvo que separarse bien despacio con tal de no despertar a Bale. Se fue hacia otra habitación y escuchó un audio que era de Sergio, tuvo curiosidad de saber que era.

-"Hola Luka, Özil me estuvo contando lo que pasó entre nosotros y es que, justo ese día estaba mal, estaba ébrio y por eso pasó lo que pasó... No sé ni siquiera como decirlo pero muchas disculpas, en serio no quería que sucediera eso."

Ahi terminó.

Luka no supo tampoco que responder, pero para su ventaja tenía el visto desactivado.

Lo que no se había dado cuenta, era que Gareth estaba viéndolo, en realidad sospechaba lo que fuera a hacer. Logró escuchar el audio y se quedó pensando que fue lo que había pasado. Pero pensaba que tal vez lo habían re pegado o algo así, ya estaba listo para darle el triple de golpes si así fue. Ahora Luka tendría que contarle la verdad.

-¿Sergio te hizo algo malo?-. Preguntó Gareth qué iba entrando a la habitación que estaba, Luka dio casi un salto del susto. Negó y siguió con su vista al celular. Seguía pensando en cómo responder. -¿Entonces?

Luka golpeó su frente y se fue de ahí, supo que no tendría privacidad. Gareth lo siguió mientras iba a la sala de estar nuevamente.

Solo Kaká e Iker estaban despiertos, el brasileño estaba con los brazos de Marcelo rodeandolo completamente, se sentía algo incómodo.

—¿Qué hacían los dos juntos?—. Preguntó Casillas.

—No sabía dónde quedaba el baño y lo ayudé—. Respondió Bale, con tal de que nadie supiera nada. E Iker si que le creyó, o al menos un poco.

En una media hora todos se habían despertado, Benzema seguía algo dormido igualmente, pero bien consciente.

Ya eran las seis de la tarde y parecía que eran las once de la noche de tan oscuro, Marcelo decidió preparar un café para cada uno, con tal de que todos se quedaran despiertos.

Parecian unas bolitas arrolladas al lado de la estufa, con su taza. Iker tenía una taza de perritos, Benzema uno de colores pasteles, Di Maria de bizcochos, Gareth con flores, Cristiano con el logo de Real Madrid, Marcelo tenía con una foto de él, Kaká con la bandera de Brasil y una cruz (Marcelo ya tenía una taza exclusiva para él) y Luka una de conejos, por alguna razón creía que combinaba con su estilo.

La verdad era que tenía una gran colección de tazas y la mayoría ya tenía con quien iba con su cara, le parecía divertido tener que comparar con quien iba cada taza, e incluso los platos y demás cosas. Todo ordenado como debería ser.

Luka estaba sonriendo por lo bonito que era la taza que le había tocado, Marcelo se dio cuenta ya que estaba mirando toda su taza al rededor. Era demasiado curioso y por primera vez pudieron ver ese lado de él.

Todos habían terminado de tomar su café, y Marcelo junto con Kaká lavaron las tazas, y claro, no faltaba que Marce estuviera mojando hasta el alma de Kaká por andar jugando. Le gustaba estar así con él, era alguien que lo soportaba, hasta el peor jueguito que le hiciera.

Los dos volvieron a la sala después de unos minutos, Kaká era el único que volvió incluso con el cabello rebelde, Marcelo por otro lado estaba sonriendo, como si no hubiera pasado nada.

—Baaa, ¿pasó algo en la cocina?—. Preguntó Di María riéndose.

—Es que lo estuve mojando—. Respondió Marcelo al ver que todos los miraban confundidos, y Kaká no disimulaba ni un poco una cara de avergonzado. Pero no se arrepentía de pasar un buen momento con Marcelo.

Entre ellos dos tenían una muy linda amistad, pero aveces se pasaban demasiado de linda y el resto llegaba a pensar que eran pareja a escondidas o algo. Pero por el momento no lo eran, además de que Kaká estaba más enfocado en su religión que en tener alguna relación amorosa, solamente eran amigos y sólo eso, y Marcelo normalmente se llevaba bien con todos, pero con él era algo distinto, pero por el momento no pasaba más que mejores amigos, y no quería cambiar derrepente de opinión.

Tú voz - LukamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora