WILDEST DREAMS [[MAX VERSTAPPEN]]

Capítulo 33

Montecarlo, Mónaco

Charlie

El brillo del vestido dorado resaltaba en el reflejo del espejo de mi habitación, pero mi expresión en el rostro no transmitía la misma alegría. La idea de asistir a la ceremonia de premiación de fotografía me abrumaba, aunque era cierto que había ganado el concurso.

Pero todo esto con Max, mis animos no estaban por las nubes por así decirlo, aún me preguntaba cómo mi hermano, Charles, había logrado convencerme para ir. Supongo que su persistencia era un don innato.

Recuerdo sus palabras y me alegro de que hayamos arreglados nuestros problemas, mis hermanos son mis príncipes y no puedo soportar estar distanciada de ellos, también viene a mi cabeza lo que Charles dijo sobre Max, vino a hablar con él, dios es un hombre maravilloso al que lastime y a pesar de eso, me ha ayudado.                 

Ya no me pienso inhibir estoy locamente enamorada de ese neerlandés, quizás me di cuenta tarde en decirlo, pero el sentimiento siempre estuvo ahí.

—Charlie, enserio, este es tu momento. Ganaste el concurso, y mereces ser reconocida por tu talento — Me recuerda Charles, lo veo amarrar su corbata.

—No sé, Charles. No me siento cómoda siendo el centro de atención de esa manera. Además, hay tantos fotógrafos talentosos ahí fuera.

Él soltó un suspiro y me miró fijamente.

—Charlie, eres increíble. Tus fotos tienen algo especial, algo que los demás no capturan. No puedes esconderte detrás de la modestia, no es parte del gen Leclerc. Esta noche, todo el mundo va a ver lo que yo ya sé: que eres una fotógrafa excepcional.

A pesar de sus palabras reconfortantes, no pude evitar sentir un nudo en el estómago.

Sin embargo, supe que Charles tenía razón. Este era mi momento y debía abrazarlo.

Después de unos minutos de charla persuasiva y de que él eligiera el par de zapatos perfectos para combinar con mi vestido, finalmente cedí. Salimos de mi habitación, y mientras caminábamos hacia el automóvil, Charles no dejaba de animarme.

—Estoy tan orgulloso de ti, princesa.

 Al llegar al lugar del evento, el brillo de las luces y la música elegante llenaban el ambiente. La alfombra roja se extendía ante nosotros como una invitación a un mundo que, por un momento, me resultaba maravilloso. Charles me ofreció su brazo y juntos nos adentramos en la multitud.

—Me caen mal los paparazis— Le digo a mi hermano.

—Y lo dice la fotógrafa—Me dice él.

—Si pero no ando detrás de las personas siguiendo su diario vivir para sacarles fotos, esa es la diferencia—Me rio.

—Ven entremos para que no te quejes