WILDEST DREAMS [[MAX VERSTAPPEN]]

Capítulo 18

Azerbaiyán, Bakú

Charlie

Miré fijamente la pantalla iluminada de mi teléfono, vaya son las tres de la mañana. Aùn quedaban unas cuantas horas de vuelo por delante, me recosté en la cama, frunciendo el ceño mientras me preguntaba dónde se había metido Max.

Desde aquel encuentro , habíamos ido descubriendo facetas nuevas el uno del otro. Tenía que admitir que el piloto gruñón no era en absoluto lo que inicialmente pensaba de él, al menos no cuando estábamos juntos. Aunque, claro está, no siempre mostraba ese lado.

Recordaba , cuando me propuso viajar juntos a Bakú, le expresé mi preocupación por evitar cualquier especulación pero me supo convencer. Y al día siguiente, me llamó para decirme que no irìamos en su aviòn, solo los dos como sus pasajeros. 

Me siento en la cama, preguntándome dónde se había escondido Max esta vez, y justo en ese momento, vi al neerlandés entrar por la puerta de la habitación.

—  ¿Qué haces despierta? Todavía nos quedan horas de vuelo— Se acerca para sentarse en la cama que tiene en su aviòn, ventajas de ser un campeòn millonario de formula 1.

—No podía dormir— Respondo con un bostezo involuntario. Él me mira, toma un mechón de mi cabello y lo enrolla con sus dedos.Observo el gesto con una sonrisa — ¿Te gusta hacer eso mucho? —Señalo

 —Sí.

—Eres hombre de pocas palabras a veces.

— Si lo quieres ver asì, entonces si— Dice antes de recostarse en la cama.

Lo observo por un momento, reflexionando sobre lo irreal que resultaba toda esta situación. De pelear con Max a compartir la misma habitación y, bueno, algunas otras cosas más.

—Aún me caes mal— Suelto de repente.

Èl se incorpora un poco , mostrando una sonrisa burlona.

—Eso no lo parece, cuando estoy dentro de ti, malcriada —Coloca  un brazo detràs de su cabeza y con su otra mano libre, acaricia mi abdomen.

— Max Verstappen, deja de decir eso—Protestò dándole un manotazo.

—Solo digo la verdad—Continua con su tono juguetón.

—Eres un insoportable.

—Lo que digas, malcriada— Dice, atrayéndome hacia su lado para que me recueste en su pecho—tengo una idea que quería comentarte.

—¿Qué idea?—Pregunto mientras acaricio sus brazos.

— ¿Qué te parece si después de la carrera nos quedamos unos días y disfrutamos de las playas de Bakú? Por supuesto, regresaremos antes de la próxima carrera— Propone.