WILDEST DREAMS [[MAX VERSTAPPEN]]

Capítulo 11

Montecarlo, Mónaco

Charlie

Escucho el timbre del departamento sonar, una interrupción inoportuna en la calma de la mañana. Me levanto con pereza, movida más por la curiosidad que por el entusiasmo. Abro la puerta y me encuentro con Jared, sosteniendo una rosa y esa sonrisa que lo caracteriza.

— Jared —  Susurro, sorprendida.

Sin darme tiempo para reaccionar, me abraza. Es una sorpresa, y aunque normalmente me alegraría verlo, esta vez mis brazos se sienten inexpresivos, incapaces de corresponder al abrazo.

Se separa y me besa.

—  Hola, cariño — Dice con una sonrisa — sé que no esperabas verme, pero tengo unos días libres y pensé que podríamos pasarlos juntos.

Lo miro, aún anonadada. Desde nuestra última discusión en Francia, las cosas no han estado bien entre nosotros, y su visita ahora es inesperada.

—  ¿Qué haces aquí? — Pregunto, tratando de mantener la seriedad en mi voz.

—  Vine a pasar tiempo contigo, mi amor— Responde con una sonrisa, tomando mi mano y llevándome hacia mi departamento.

Adentro, Bobbie viene corriendo y ladra hacia Jared. Olvidé mencionar que mi perro tampoco es muy fan de él. Tras un momento de calmar a Bobbie, Jared se sienta.

— No tenía idea de tu visita, quedé con Charles para cenar — Digo rápidamente.

—  Podrías decirle que nos vemos otro día — Sugiere.

—   No lo haré — Respondo firmemente.

— Ya sabes que no me llevo mucho con tu hermano, entonces no creo que le agrade que me una a su comida.

— Es una pena. De todas formas, tengo cosas que hablar con él. ¿Cuánto tiempo te quedarás? — Pregunto, intentando ser clara con mis prioridades.

— No sabía que tenías tantas ganas de no verme—  Replica, levantándose y tomando su maleta.

— No tanto como las que tenías para ignorarme anteriormente — Contraataco.

—  No sé por qué pierdo mi tiempo viniendo aquí si estás con esa actitud—Su tono se torna más serio.

— Escucha, Jared, ahora no estás en posición de reclamar mis actitudes cuando tampoco has sido el mejor novio —  Le digo con firmeza.

Intenta acercarse, poniendo sus manos en mi cintura. Nuestros labios se unen en un beso repentino, familiar, y aunque me sorprende, me encuentro respondiendo, dejándome llevar por la familiaridad de su toque.

—  Me perdonas, cariño —  Dice, juntando nuestras frentes.

— No lo hagas de nuevo, Jared. Te amo mucho — Le respondo, tratando de mantener una distancia emocional.