13. Solo es un hasta luego.

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Ron, Harry, Hermione, Ginny y la abuela Weasley iban de negro. Por los pasillos se oían sollozos, seguramente de la abuela que al quedarse viuda y sola, no sabía que hacer. Su ausencia quebraba el silencio. Meses en cama y... ¡este terrible final! Simplemente a Molly se le revolvían las tripas.

A su despedida ya habían acudido todos sus hijos. Incluso Percy, después de todos los rifirrafe que había tenido con su padre.

Por otro lado: Rose, Hugo, Albus, James, Lily, Victoire, Dominique, Louis, Molly, Lucy, Fred II y Roxanne, tenían una sorpresa preparada. Llevaban un kit de baño con todo incluido muggle.

A la hora del funeral empezaron a venir un montón de familiares y conocidos que Victoire ni siquiera conocía. Entraron todos en una sala enorme que giraba en torno un ataúd negro. Todos se acomodaron mientras James y Hugo le dejaban la cesta con el kit de baño. Ron pasó al frente y empezó a dar su discurso.

-Cada día que me levantaba me proponía ser como mi padre. Hasta la adolescencia, en ese punto, me empezó a avergonzar por su inmensa curiosidad y en ocasiones, preguntas tontas. Pero yo me di cuenta que los celos no son buenos y que la curiosidad no mata al gato, sino los celos. Y volví a querer parecerme. Pero está vez con mi toque personal. Es fascinante como la relación con las personas que te rodean forjan tu carácter. -Hizo una pausa para secarse las lágrimas.- Estoy eternamente agradecido por tu lección, padre. Luchó como un valiente, pero no solo los últimos meses, toda la vida entera. Por sus hijos, por su esposa, por su familia y por su honor. Estés dónde estés, que sepas que tienes mi respeto, padre. El mío y de estas personas de mi alrededor. Si un infierno y un cielo existieran, claramente estarías en el medio. Nunca merecería tu alma que descendiese al infierno, pero sin ningún titubeo diría que jamás fuiste perfecto, pero eras fiel a tus ideales. Hasta pronto. Cada día intentaré aspirar a algo de lo que te sentirías orgulloso.

Hubo un enorme silencio. Percy se levantó y empezó a aplaudir con lágrimas en los ojos. Uno a uno se levantaron y siguieron con el aplauso. Al terminarse la misa, uno por uno dejaron cartas con mensajes para el más allá. Alzaron sus varitas e hicieron un Lumos, Ginny y Bill agitaron sus varitas para hacer una ilusión de lluvia en toda la sala. Sin duda, un emotivo momento que tocaría hasta el corazón más frío del planeta. 


Unas horas más tarde, toda la familia se reunió en la mesa a cenar, pero esta vez el ambiente no era tan cálido y familiar. Era más bien triste y pesado. Victoire estaba en un lado de la sala tomando un Sprite (no patrocinado). Se sentía mal al saber que su abuelo nunca podría saber que estaba prometida con el amor de su vida, Teddy Lupin. Ellos habían estado ocultando su romance por un largo tiempo, pero el niñato de Potter les pilló dandose un buen morreo. Aunque todo el mundo sabía que iban a ser felices y comer perdices. Ahora mismo, Victoire no sabía como sentirse. No se sentía del todo triste porque su relación con su abuelo fallecido no era la mejor ya que no eran cercanos, pero tampoco del todo feliz por su boda porque su abuelo se había muerto, haciéndola sentir parcialente triste e incompleta. 

Molly se puso en pie y golpeó con mucha delicadeza y gracia la copa de cristal con la cuchara de plata, la cual formaba parte de la vajilla de plata que les regalaron  a Arthur y ella por su boda, para atraer la atención del resto de integrantes de la familia. Una vez se convirtió en el foco de atención de todos los Weasley, amigos y conocidos de su difunto esposo, se preparó mentalmente para dar un discurso en su memoria. A pesar de ello, tuvo que tomarse un momento para respirar hondo y contar del cero al diez para tranquilizarse, ya que la memoria de su marido no la dejaba pasar página. En ese momento, los recuerdos tan felices que tenía con Arthur se acumulaban en su cabeza, y terminaron transformándose en las lágrimas que recorrían su rostro, las cuales secó con el pañuelo que ella misma había tejido y en el cual había bordado las iniciales de su marido, A.W., porque en un principio el pañuelo iba a ser para él, pero se murió poco antes de que Molly terminara de bordarlo.

-Mi Arthur Weasley, recuerdo cada día, cada noche que me acosté a tu lado, cada vez que me llamaste "caramelito mío", cada sonrisa que le sacaste a cualquiera de nuestros hijos, desde Percy hasta Ginny, sin contar a nuestras decenas de nietos, y es lo que más me llena de grandeza además de saber que eras un luchador. Aún recuerdo cuando me enamoré de ti como si fuera ayer, cada beso que me diste y que se ha quedado grabado en mi piel,  y mira dónde estamos ahora. Una gran familia con tantas personas de las que estoy enormemente orgullosa y agradecida. Este camino solo lo podría haber recorrido junto a ti, amor mío. - Molly miró a Percy que estaba tan conmovido que no pudo evitar llorar tambien al recordar los innumerables momentos que había vivido a su lado. Lloraba tan desconsoladamente que terminó por abrazar a su esposa Audrey, quien un poco incómoda le daba golpecitos en la espalda-. Me gustaria compartir una divertida, sensacional, graciosa y liviana anécdota con todos los presentes en la sala del funeral de mi Arthur, quien es mi difunto esposo cuya memoria estamos aquí hoy para honrar. El día que Arthur me pidio contraer matrimonio, el pobre hombre estaba muy nervioso. Tanto que cuando se arrodilló, sonó el pedo mas fuerte que he oido en mi vida salir de su cuerpo, y eso que he dormido en la misma cama con él por bastantes décadas. Me reí tan fuerte que caí al suelo y definitivamente le dije que sí. No podría haber rechazado casarme con un hombre que me hiciera reír tanto. En ese pequeño pero intenso instante, supe que era el amor más verdadero que había sentido y que era el indicado. - Molly empezo a reir pero recordo que estaba muerto su difunto esposo y, para Molly, cesaron las risas y comenzaron los llantos. Simplemente imagina el panorama: todo el mundo riéndose de la anécdota y Molly llorando como una magdalena.


Un rato más tarde, Rose se acercó a Hugo. Le dijo que no entendía el motivo por el que no estaba igual de afectado que el resto de miembros de la familia, amigos y conocidos por la muerte del abuelo Arthur.

- ¡Estoy cansado de ti!-gritó Hugo en respuesta a su hermana-. ¡Nunca tuve un abuelo porque tu eras la favorita!-Todo el mundo los observaba la escena. Ron estaba rojo como un tomate de enfadado, Hermione estaba respirando hondo antes de que se tuviese que levantar y tirar de las orejas a su hijo. Rose estaba completamente y sinceramente descolocada.- ¡Siempre fui la segunda rueda, nadie me miró cuando te podía admirar a ti! ¡Llevo toda mi vida viviendo bajo tu sombra! ¡Estoy harto de ser siempre la segunda opción! ¡Nunca voy a ser igual de perfecto que tú!

-¡No es mi problema que seas un INÚTIL! -gritó Rose mientras se giraba para marcharse.

Molly, que ya había visto bastante, se levantó y fue corriendo a coger de las orejas a sus nietos y mientras los sacaba les susurró:

-Con esta familia no puedo tener ni un momento de paz y tranquilidad, y da igual que se haya muerto mi marido porque mis queridos y amados nietos van a montar un drama igualmente. Este es el gen de vuestro abuelo, porque yo en mis tiempos no era así. Se lo deberíais preguntar a vuestro bisabuelo, que en paz descanse.


El legado maldito pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora