'Cuando me dijiste que me quitara la ropa, ¿era para cambiarme?'
En el pesado silencio, mientras Hee-min parpadeaba con cara de desconcierto, Yi-heon salió de la habitación.
¿Estaba intentando que se cambiara de ropa desde el principio? Hee-min se quedó mirando el lugar por donde había desaparecido Yi-heon, luego levantó el brazo y se lo llevó a la nariz. Ciertamente, el olor a humedad de un sótano se había impregnado en su camisa y lo molestaba.
De algún modo, malinterpretó la situación. Pensó que estaba codiciando imprudentemente su cuerpo y lloró de miedo como un pequeño niño, pero hora se sentía avergonzado. Aunque originalmente tenía 21 años, estaba aturdido, ya que el actual 'Seo Hee-min' tenía 30 años.
Hee-min, que se había puesto una ropa que le quedaba demasiado grande llegándole más debajo de la cintura, abrió la puerta con cuidado y salió del dormitorio. Cuando giró la cabeza por el olor a alcohol que le llegó a la punta de la nariz, vio a Yi-heon sentado en el sofá del salón y sirviendo licor en un vaso.
Hee-min se sintió extrañamente preocupado porque Yi-heon tenía el dorso la mano manchado de sangre y no podía saber si era su propia sangre o la de otra persona. A Hee-min le llamó aquella escena, ya que Yi-heon fue el primero en mostrar su enfado, pero estaba bebiendo con una cara herida.
Hee-min abrió el cajón de la mesa del salón y sacó un botiquín de primeros auxilios. La mirada de Yi-heon se desvió a la mejilla de Hee-min que estaba llena de lágrimas.
-Deme la mano.
-Vete de aquí.
Una palabra fría resonó en el salón. Los ojos que se dirigían a él eran tan sombríos como una serpiente. La mano de Hee-min sosteniendo el botiquín temblaba. De todos modos, es un hombre que no sabe hablar amablemente. Eso no era lo que pensaba en absoluto.
-Por favor. Déjeme curarle.
Apenas levantó la voz y le dijo. Sin embargo, Yi-heon fingió no escucharlo y solo miró fijamente a Hee-min.
-¿Estás sordo? ¿No me oíste decir que te fueras?
-Me compró por 5.000 millones. Tiene que hacer que valga la pena ese dinero.
-Ja.
Se rió como si estuviera aturdido por el matiz de que pudiera hacer cualquier cosa, aunque no pudiera entregarle su cuerpo.
A pesar de la fría reacción, Hee-min abrió la caja y sacó artículos que podrían ser útiles para primeros auxilios. Yi-heon lo miró con extrañeza, como preguntándose cómo sabía que había un botiquín de primeros auxilios en el cajón.
-El doctor me dijo que estaba aquí.
En realidad, lo había leído en el libro.
-Deme la mano.
-...
-Vamos.
Rápidamente tomó la mano mientras dejaba su vaso y tiró de ella. Al ver que su muñeca era tomada, no pareció que lo odiara. La expresión de Yi-heon seguía siendo dura, pero sus pestañas temblaban.
'Como un niño'
Estaba tan asustado de él hace un momento, pero ahora está bien de nuevo. Tal vez es porque sabe que Yi-heon es un cobarde que odia tanto a 'Seo Hee-min', pero no quiere recuperar su odio. Hee-min sonrió amablemente y frotó la herida suavemente con algodón desinfectante.
-Soy lento, así que tenga paciencia.
Soplando con cuidado para limpiar la sangre seca, Hee-min colocó desinfectante en el dorso de la mano como si estuviera apurado.