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Bill's POV

Las horas pasaban lento dentro de ese horno llamado camioneta. Los vidrios estaban empañados debido al terrible frío de la madrugada comparado con el calor que emanaban nuestros cuerpos abrigados. La mayoría dormía, Gustav se golpeaba la cabeza contra el vidrio de copiloto y Georg a mi lado estaba soñando tan plácidamente que roncaba como una máquina de vapor. Sin embargo, yo estaba concentrado en mi libreta, raramente estaba inspirado para escribir una canción. Sentía una felicidad inmensa, un cosquilleo por todo mi cuerpo y las típicas mariposas en mi estómago pero realmente no sabía por qué era eso.
Mi lapicera se apoyó en las hojas y empecé a escribir las letras, tenía algo en mente pero no sabía a qué se debía.
La atención se desvió rápidamente al oír algo detrás de mí, era casi como un gemido ahogado, miré hacia el lugar de donde provenía; Tom y Khrista. A decir verdad no tenía idea de lo que estaban haciendo, pero él se mordía el labio con fuerza mientras la miraba.

Me sentí... Mal.

Khrista era mi mejor amiga de toda la vida, y a pesar que ellos hayan tenido algo -que nunca se oficializó- no quería que él jugara con ella, sabía cómo era con las mujeres. No me agradaba la idea de él utilizando a Khris... Mi Khris.
Ella era una chica estrafalaria, muy buena persona, vulgar, pero sobre todo; su amor era totalmente verdadero. En todo el tiempo a su lado la conocí lo suficiente como para saber sus gustos más raros y prohibidos. Era una tipa independiente.
Aunque era incorruptible tenía miedo que Tom la convirtiera en algo que no era, no iba a permitir que él la lastimara con su famita de mujeriego.

Desvié mi vista de la situación, no quería seguir sobrepensando, después de todo ella era una adulta, incluso mayor que cualquiera de nosotros. Eso era lo peor, si ella volvía a enamorarse de él iba a ser un error enorme.

— Chicos, estamos llegando —hablé mientras miraba la libreta, pude oír cómo se sobresaltaron. — Quiero que prepare todo ahí atrás Khris, ayudala Tom.

— Sí, enseguida Bill. —respondió la chica.

Enseguida suspiré aliviado, ya estabamos bajo las luces de la ciudad.

Khrista's POV

Preparé en cuestión de minutos todos los intrumentos guardados de los chicos para poder bajarlos con facilidad. Todo con la ayuda de Tom. Me sentía plena, tanto tiempo sin verlo y no sabía que volver sería una tortura. De verdad amaba a este chico y creía que aún lo hacía.
Pensaba que no había nadie más que pudiera darle vida a mi corazón.

Sin embargo me sentía confundida. Había un tercero.

Luego de un tiempo llegamos al hotel y con el chofer bajamos todas las cosas que habíamos llevado con nosotros en el vehículo, la van con todas nuestras pertenencias llegaría después de un día. Iba a extrañar mucho mi libro. Wagton llevó conmigo los instrumentos hacia las habitaciones de los chicos.
Aproveché para husmear un poco en ellas y descubrir sus vistas, Bill me acompañaba en todo momento.

Bill era esa clase de chicos tiernos, protectores, que siempre quieren verte bien. Era lindo, considerado.
Me ayudó a dejar los instrumentos cuando terminó el horario del chofer y ambos decidimos recobrar un poco el tiempo perdido y charlar como lo hacíamos antes; dentro de la bañera.

Él abrió la corriente de agua y dejamos que se llenara la tina antes de meternos en ella con ropa y todo.

— Y cuéntame Bill, ¿Tienes novia?

— No, pero creo que estoy sintiendo algo lindo, eso está bien.

— Claro que lo está. Yo estoy... Confundida. —suspiré, el pelinegro me miró. — Siento millones de cosas desde hace tiempo, cosas que ignoré por un par de años en los que estuve estudiando.

— No está bien ignorar eso, Khris. Esto ya lo habíamos hablado en otra ocasión.

— Lo sé, pero es que tenía miedo, aún lo tengo. No quiero decirlo de esta manera pero creo que estoy enamorada de dos personas.

— ¿Eh?

— Uno me da todo el cariño y atención pero el otro... El otro me dió eso y buen sexo.

El chico se reincorporó y me miró, sabía de lo que estaba hablando, no podía disimularlo.

— Sabes que eso está pésimo. En algún momento tendrás que elegir y eso va a doler. —explicó mientras se acercaba más a mí. — Y tampoco sabes de buen sexo, lo has tenido una sola vez.

Tenía razón.

Había estado solamente una vez y con Tom, pero eso no cambiaba mi parecer de las maravillas que me hizo sentir. Y en parte no solo teníamos sexo... Estabamos haciendo el amor.

Bill tomó mi mentón obligandome a subir mi mirada, pronto como lo logró tomó mis labios entre los suyos con castidad, un beso tierno sin ningunas otras intenciones más que demostrar lo mucho que me quería.
Y me alegraba ser correspondida.

— Voy a tratar de que aclares tu duda.

Él acarició suavemente mi rostro y decidimos acurrucarnos en la bañera hasta parecer unas pasas de uva.

...

— ¡GEORG, NO TE SUBAS AHÍ, DIOS! —grité.

El vestíbulo estaba hecho un espectáculo, los chicos jugaban a las escondidas antes de ser llamados para ir al camerino y Georg estaba subiendo un pilar para esconderse detrás de una gárgola vieja.
Estaba emocionada, era mi primer concierto, debía ir lo más presentable que nunca y lucirme ante todos, me sentí orgullosa de mi hermano. Desde pequeñoe gustaba la música y me alegraba que pudiera cumplir sus sueños.

Dejé el lugar antes de matar a alguien y entré en mi habitación para empezar a prepararme, me puse un vestido negro al cuerpo, algo informal, con unas zapatillas jordan. No me molesté en maquillarme, me gustaba mi belleza natural.

Pasaron pocos minutos y Tom me vino a buscar, tocó varias veces la puerta pero yo estaba con mis auriculares sin escucharlo. Entró, con previo aviso, y nuevamente jugó con su piercing al verme. Era tan molesto.

— Nena, será mejor que mantengas ese cuerpo lejos de mi vista a menos que no quieras llegar al concierto. Nos tenemos que ir, levanta ese culo gordo.

Sin más dejó el lugar. Lo seguí.
Cuando ya estuvimos todos preparados para partir, Wagton nos pasó a buscar en un auto negro para ir hacia el estadio.

El estadio era hermoso y super espacioso, lo recorrimos de la mano del dueño y se nos fue mostrada la dirección del camerino, todos comenzamos a caminar para llegar lo antes posible y que los chicos tengan su tiempo para poder alistarse perfectamente para el show. El chico de trenzas me tomó de la cintura mientras caminabamos, mi corazón estaba aceleradísimo al igual que mi mente, entré en estado de alerta.

Él sabía lo que me causaba, apretaba su agarre y me acariciaba, haciéndome pensar que era suya.

Sin duda la iba a pasar mal mientras estuviera tan metida en su juego.


s t a r b o y s ;  bill & tom kaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora