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4:00 PM. Isla, Alemania.

Cuando la policía llegó a la isla los chicos se encontraban aún tras la roca esperando no ser encontrados por nadie más que los oficiales. Khrista estaba más triste y enojada de lo que jamás había estado, sentía que ella misma los había arrastrado a eso y le dolía.

Tom al darse cuenta de que la chica estaba mal la abrazó hundiéndola contra su pecho y acariciando su pelo y rostro.

— Todo va a estar bien, no es tu culpa... No es tu culpa.

Bien en el fondo él sabía que esas palabras también se las decía a sí mismo por dejar pasar por alto todo lo que había pasado entre él y Khrista, o las drogas... O el suceso que no recordaba con claridad de Avril.

Los cinco chicos entraron en estado de alerta al oír pasos cerca de ellos y se arrodillaron tras su escondite para poder huír en el peor de los casos. A lo lejos pudieron escuchar un sonido de bala que culminó en un grito desgarrador y traumatizante. Para su suerte la policía estaba cerca, pero Jordan también lo estaba. Khris se asomó y miró por unos segudos a la figura del hombre con el revólver antes de decidir salir de allí y enfrentarlo.

— ¿¡Qué mierda es lo que quieres!? —ella trató de ocultar todo su miedo tras una expresión de enojo, pero temía ser disparada en el momento. — Deja a mis parejas, amigos y hermano en paz, podrás tener un arma pero no dudes de lo que soy capaz.

— Solo quiero que estés conmigo... —el chico solo la miraba con la pistola a un costado de su cuerpo, sin siquiera mover un pelo. — Ven conmigo y los dejaré en paz.

— No, es momento de que hagas una vida sin mí. —la chica miró al suelo por unos segundos. — Tengo familia, tengo pareja, tengo una vida... Y no estás ahí, por más que te duela.

El hombre solo respondió apuntándola y sonriendo, Khrista respondió con un paso hacia atrás. — Pues... Tendré que eliminar todo eso. —Tom al ver que la chica estaba en jaque salió y se paró a su lado. — Oh, cometes un gran error, Tom Kaulitz.

Jordan no dudo en disparar en sentido a la chica, que cerró sus ojos esperando un impacto de bala que nunca llegó, su pareja se habría interpuesto entre ellos. Khris abrió los ojos y esperó lo peor, se mareó al ver a su chico desplomado en el suelo tomándose el hombro con una mueca de dolor. Para su suerte la policía había encontrado las coordenadas y habrían arrestado a Jordan, ella no tardó mucho en caminar hacia Tom con lágrimas nublando su vista.

— Voy a estar bien... —él evitó su tacto e intentó pararse pero la chica puso su mano en su pecho para que no lo hiciera. — Me va a bajar la presión, estoy mareado, no veo...

— Tom, estás perdiendo demasiada sangre. —Khrista se sacó la camiseta y la hizo un bollo para hacer presión en el hombro derecho del chico donde estaba su herida. — Por más que quieras o te sientas somnoliento no te duermas.

El chico asintió a pesar de que poco a poco sus ojos iban cerrándose más. A todo esto los demás recién salían del lugar donde se escondían.

— ¡No te duermas! —ella abofeteó sin fuerza sus mejillas para mantenerlo despierto. — Ya va a llegar el helicóptero, lo veo.

Y así era, el vehículo se veía llegar desde lo lejos, los cuatro chicos rodearon a Tom tratando de que no cerrara sus ojos... Pero le era imposible. El helicóptero llegó y dos hombres uniformados subieron al chico en una camilla y lo llevaron dentro del móvil. Khrista se acercó a ellos.

— Tengo que acompañarlo...

— ¿Relación con el paciente?

— Soy su novia. —detrás de ella estaba Bill sin poder pronunciar una palabra, pero le tocó el hombro y ella entendió lo que quería. — Y él es su hermano gemelo.

— Suban.

Los dos chicos hicieron lo que se les fue dicho y ella tomó la mano de Tom con fuerza mientras veía a su hermano y a Georg meterse en un patrullero para volver todos a la ciudad. Ellos iban a llegar antes, así que la chica suspiró y se relajó un poco.

— Khrista. —llamó el de trenzas a su nombre.

— Dime, amor.

— Te amo con toda mi alma y siempre lo voy a hacer, perdón por todas las cosas malas que he hecho desde que te conocí y te han dolido, jamás fue mi intención hacerte sentir de esa manera. —a pesar de que le costaba hablar ella le entendía perfectamente. — Siempre vas a ser aquella persona por la que daría todo, incluso la vida, porque jamás he amado a alguien de la manera que te he amado y te amo a ti. Es una locura pensar en las veces que discutimos cuando éramos adolescentes y en el dolor que sentía cuando me llamabas con esos apodos groserísimos. —Khrista sonrió entre lágrimas y se llevó su mano a la mejilla. — Perdón por las veces que consumí cosas y no fui el mejor de todos.

— Tom...

— Déjame terminar. Jamás he conocido a chica tan dulce como tú... A un ángel, y yo... Soy un monstruo. Pero este monstruo está enamorado de ti y en este momento siento tantas emociones al mismo tiempo por ti. Hay muchísimas cosas que me encantaría decirte pero... El mareo y el dolor no me dejan pensarlo.

— Te amo, Tom.

Khrista posó su cabeza en el estómago del chico antes de subir a su rostro y besar sus labios con suma delicadeza ya que al verlo tan delicado tenía miedo de romperlo. Sus lágrimas no paraban de caer y su expresión cambió al ya no sentir el agarre de Tom en su mano, tembló y temió subir la mirada... Pero lo hizo, y lloró más que nunca al examinar sus pestañas mojadas por las lágrimas y sus ojos cerrados.

Su chico ya no respiraba.

(N/A; Astartea)

AYUDA YO MISMA, ASTARTEA, LLORÉ ESCRIBIENDO MI PROPIA HISTORIA

s t a r b o y s ;  bill & tom kaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora