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Tom's POV

Cuando llegamos al hotel mis pies no daban más. Me senté en el sofá de mi habitación a ver un poco de televisión pero tan pronto como apoyé el culo todos entraron a joderme. Khrista, Georg, Gustav y Bill tenían pijamas iguales, me tiraron uno y con una sonrisa me miraron, aunque mi cara era de total seriedad asentí y me fui a vestir mientras ellos festejaban.
Entre todos tiramos la cobija al suelo y nos sentamos sobre ella apoyándonos en la cama, Khris estaba entre mí y Bill y no hubo cosa que me molestara más.
A pesar de mi incomodidad cambié la televisión hasta un canal de noticias, quedé boquiabierto al ver mi imágen junto a la de mi querida manager abrazados en la salida del estadio. Sinceramente no me importaba, de hecho esa foto estaba a mi favor. La rubia me miró sin saber qué decir puesto a que me había abrazado ella, negué y sonreí. Luego la imágen cambió, una foto totalmente igual pero con mi hermano.

— No creo que esto te importe, ¿No? —acerqué mi rostro al de ella con descaro. — Parece que somos tendencia.

— Tom apaga eso —mi gemelo habló aún mirando el televisor. — Ahora.

— ¿Estás de miedoso? —reí.

Gustav tenía su mirada en mí y Bill mientras Georg dejaba la habitación. Gus estaba enojado, sus manos estaban hechas un puño totalmente blanco por la fuerza.

— ¡No! Claro que no.

El rubio se levantó aún mirándome.

— ¿¡Se están curtiendo a mi hermana otra vez!?

— ¡Dios, Gustav, callate! —esta vez gritó Khrista. — No me estoy curtiendo a "nadie" ni tampoco es asunto tuyo si lo hago o no.

— Claro que es asunto mío, soy tu hermano.

— Yo soy la mayor, así que te ordeno que vayas a tu habitación y me dejes aclarar las cosas con los chicos.

— Está bien.

Cuando Gustav se fue ella se acercó a mí, tuve que sentarme en la cama para poder estar más o menos a su altura, ella me sonrió. Confundido incliné mi cabeza hacia un lado, la rubia simplemente rió.
Caminó por toda la habitación por un rato largo, podía notar que estaba nerviosa y pensativa.
Miré a Bill, él me miró y ambos entendimos lo que queríamos hacer.
Poco a poco nos acercamos a Khrista, las manos de mi gemelo la cargaron como princesa y la recostó en la cama, me sentí celoso pero tampoco le di mucha importancia.
Ella nos miró.

— ¿Debería tenerles miedo?

Negué mientras me reía, me recosté a su lado acurrucandome con ella mientras le acariciaba el pelo, Bill hizo lo mismo, su mano estaba en el vientre de la chica.

— Estamos los tres jodidos. —dije mientras miraba al techo. — Sabemos bien que podríamos hacer un trio demasiado porno, ¿No?

— Eso sería raro y además incesto, imbécil. —Bill me miró divertido. — ¿Podemos dormir así?

— Por favor —ahora hablaba la fémina.

— Bill, ¿Te contó lo que hizo esta sonidista?

Khrista comenzó a explicarle lo que había hecho con una sonrisa de oreja a oreja.
Por primera vez no me importaba ninguna otra chica, no estaba interesado en nada que no involucrara a esta rubia.
Poco a poco y gracias a los mimos nos fuimos quedando dormidos en los brazos de Schafer.

Khrista's POV

Cuando me levanté me percaté de un peso en todo mi pecho y calor en mis brazos, tenía a Bill y a Tom pegados a mí como garrapata, se veían demasiado tiernos.
Los levanté poco a poco debido a que seguramente tendría trabajo que hacer pero no me dejaban despertar. El chico de rastas blancas me miró con una sonrisa, besé su frente.
Tom fue levantandose aún más lento, besó mi pecho y metió una de sus manos por debajo de mi camiseta, le pegué suave.

— ARRIBA TODOS, TENGO TRABAJO QUE HACER.

Grité, los dos levantaron los culos al instante mientras yo reía de la forma más burlona que podía. Rápidamente me levanté y corrí hacia el armario de Tom para robarle ropa, puesto a que ambos usabamos lo mismo.
El chico me miró de arriba a abajo, su gemelo lo imitó. Mis mejillas se tornaron rojas al instante.

— Vistanse y dejen de mirarme como babosos, ya es tarde.

Me dediqué a ir hacia el comedor del hotel, había poca gente, mayormente viejos, y me senté con los demás miembros de la banda.
Gustav me dió una mirada de decepción, pude saber de lo que se trataba pero negué varias veces.
No quería tener esa fama frente a mi hermano pero realmente me gustaría estar en una relación con los dos Kaulitz. No podría elegir, ambos eran dulces y considerados, de Tom era increíble pero Bill era un duendecito tierno de jardín que a los catorce me traía florcitas que cortaba y piedras preciosas que encontraba porque decía que se parecían a mí.
El mozo llegó sacandome de los pensamientos aquellos, pedí un desayuno americano.

— ¿No vas a decir buen día? —susurré mirando a mi hermano. — Buen día Georg.

— Buen día, Khris.

Mi hermano menor se levantó y nos dejó al castaño y a mí solos. Esta vez mi enojo era aún mayor ¿Qué carajos le pasaba? ¿Era necesario hacer toda una escenita por dos fotos de abrazos? Es todo un tema.
No quería saber más de ello por ende pedí disculpas a Georg y me fui hacia la terraza del hotel para posarme sobre la corniza y sacar un cigarrillo del bolsillo del pantalón de Tom.
Sé que dije que estaba mal, pero a veces es inevitable querer saborear un poco de nicotina. Puse el cigarro encendido entre mis labios y di una larga calada, luego dejé salir el aire.

Mi vida estaba empezando a ser estresante, de por sí tenía poco trabajo, lo cual no me molestaba en absoluto, pero convivir con cuatro demonios de los cuales dos sentían cosas por mí al igual que yo por ellos era agotador. Tenía que manejar esa situación, no quería elegir, no quiero lastimar a ninguno.
No me importaba la opinión de Gustav, no podía reclamarme por ser la mayor. Estaba enamorada de los gemelos, ¿Debo elegir?

— ¿Campanita?

s t a r b o y s ;  bill & tom kaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora