s t a r b o y s ; bill & tom kaulitz

009

— ¡Avril del amor!

Khrista, quien había dejado a Bill sentado a su suerte en uno de los sofás de la recepción, corrió a el encuentro con la otra rubia uniéndola con ella en un fuerte abrazo.
Bill las observó con una mueca de sorpresa, la rubia de mechas rosas se le hacía conocida pero no tenía idea de dónde la conocía.
El pelinegro se les acercó con una sonrisa y saludó a la amiga de su enamorada.

— Hola, soy Avril, Avril Lavigne —la chica abrazó al chico por pocos segundos.

A los pocos minutos el timbre de la recepcionista sonó.

— ¡Jordan! —la hermana Schafer fue hacia un chico alto, pelirrojo de facciones duras, Bill los observó mientras ella lo abrazaba con fuerza. — Te extrañé.

— ¡Khris! —la mano del chico viajó a el cabello de la contraria para acariciarlo mientras se escondía en su cuello. — Yo a ti.

Bill carraspeó, ambos chicos se dieron vuelta para mirarlo y Jordan extendió su mano al susodicho con aires de superioridad, lo que fue notado y sacó de órbitas a Kaulitz.

— Bill Kaulitz, ¿Y tú eres...?

— Jordan Grehen.

El gemelo de pelo esponjoso asintió y caminó hacia Khrista con una sonrisa poco genuina.

— Me voy a mi habitación a cambiarme.

— Voy contigo, tengo la obligación de cuidarte. —la rubia miró a sus amigos y les sonrió. — Vayan a ponerse cómodos en sus habitaciones, voy a estar con Billy.

Victorioso el chico sonrió y tomó la mano de Khrista para llevarsela con él. Ambos entraron y Bill cerró la puerta detrás suyo antes de remover su camiseta con un poco de esfuerzo.

La chica se sentó sobre la cama, observando cada movimiento que el contrario hacía, secretamente deleitandose con su abdomen levemente marcado y el tatuaje de estrella que yacía en su vientre bajo que se dejaba ver y en su piel una forma de "v". Kaulitz solo sonreía, intuyendo lo que la mujer pensaba.

— Khris, por favor ayúdame con los pantalones y la camiseta. —el chico se acercó a ella, tomando su mentón obligándola a subir la vista. — No puedo solo.

En parte era cierto, la chica se levantó y buscó en su closet algo que le pueda gustar al chico y cuando encontró las prendas perfectas empezó con la camisa. Con sumo cuidado introdujo ambos brazos entre cada agujero y le acomodó los hombros, luego prosiguió con el pantalón.
Bajó la bragueta de su prenda actual y la removió con un poco de ayuda del mismo propietario, luego se dedicó a subir los nuevos por sus piernas y finalmente abrochó su botón y subió la bragueta.

La vista de la rubia jamás dejó de estar en los ojos de Bill, sentía una presión en el pecho cada vez que la miraba por algunos segundos antes de volver su vista a un punto de la habitación, jugando con su labio.

Khrista notó como el pecho de Bill subía y bajaba con rapidez, pronto sus manos viajaron a su cabello, recogiendolo en un rodete poco perfecto. El chico con solo un guiño entendió que ella se había dado cuenta de todo lo que sucedía dentro de él por esos pocos minutos, más temprano que tarde volvió a bajar la bragueta de su pantalón y dejó que la chica hiciera lo propuesto.

Bruscamente bajó sus jeans negros y boxer del mismo color a la par y observó la creciente erección que se formaba en frente suya.

Tomó su miembro entre una sus manos y comenzó a moverla de adelante hacia atrás y viceversa, antes de pasar su lengua por todo el falo para luego introducirlo en su boca haciendo que los jadeos del chico se conviertan en gemidos bastante altos.

— Khrista...

...

La puerta de la habitación 507 fue abierta con cautela por el pelinegro, solo para dejar ver a un Jordan esperando afuera de ésta de brazos cruzados.

— ¿Terminaron de cambiarte, "Billy"?

La voz de Grehen se volvió más grave de lo normal y el apodo hizo estallar los tornillos de Bill. A pesar de no haber dicho nada las muecas de su cara lo delataban, con tan solo oír ese nombre venir de Jordan sería suficiente para hacerlo explotar en su contra.

La mujer sonrió pesadamente debido a aquella tensión que había en el ambiente y se llevó a el pelirrojo del lugar, no sin antes dejar un beso en la mejilla de su amante.

— ¿Qué carajo te pasa? —preguntó ella.

— Nada.

— Nada, pff, ¿Billy? ¿Terminaron de cambiarte? —ahora sus brazos estaban cruzados. — ¿Acaso estás celoso?

Jordan no dijo ni una sola palabra, sus manos sobre el rostro de Khrista hablaron por si solas antes de que sus labios besaran los suyos. La mano de la chica fue directo al pelo colorado del chico enredándose en el mismo, mientras que las contrarias bajaban hacia su trasero.

— Espero entiendas y no te duela, pero estoy enamorada de alguien más.

Khrista sintió una pesada mirada en su espalda, pero sin darle importancia dejó el lugar para ir hacia la salida donde estaba Wagton, guardando todo en su van de siempre, esa que tanto habían extrañado en vez de a esa camioneta bastante pequeña. Tomó algunas de los instrumentos que el chofer había bajado del hotel y los llevó hacia la habitación.

A los pocos minutos habían llegado Gustav y Georg junto a Bill y Tom para ayudar a terminar de guardar sus cosas y al fin partir.

La rubia finalmente entró a la van acompañada de su mejor amiga y amigo suspirando al tomar asiento de una vez por todas.

— Tinkerbell, ven conmigo. —Tom señaló la habitación, ella lo siguió dudosa pero lo hizo, el chico cerró la puerta con poca fuerza y tomó el cuello de Khrista sin fuerza. — Cuando dejemos a tus amiguitos de pasada Bill, tú y yo vamos a tener una charla poco agradable que no va a quedar en la nada. ¿Entendiste?

— Sí...

— ¿Sí qué?

— Sí señor.

Tom soltó su agarre y acarició el rostro de la mujer antes de irse del lugar mientras ella lo veía con su labio inferior tomado entre sus dientes.