primer juego

810 82 37
                                    

Ansioso esperaba que la última clase llegara a su fin.

El partido seria a las cuatro de la tarde, miro hacia el reloj que se encontraba encima del pizarrón, indicándole que eran las dos con treinta, así que tendría tiempo para pasar a la cafetería y comprar algo para disfrutar mejor el partido.

Para no caer en el aburrimiento jugaba con su lápiz, esperando que el profesor terminara de escribir la tarea, para que luego el la pasara a su cuaderno.

—Para mañana, por favor. —comento el profesor luego de acabar con su actividad.

Diego escribió todo en cuestión de pocos minutos, a decir verdad, no era mucha tarea y eso le hacía sentir tranquilo. Sino tendría que desvelarse hasta muy tarde y no tiene ni la más minima idea de a qué hora se encontraría en casa.

—¿Alguna duda? —todos los alumnos negaron con el rostro. —Muy bien, se pueden retirar. —Diego al escuchar tales palabras, tomo sus útiles escolares y los guardo de forma descuidada en su mochila, algo que casi nunca hacía, pues él era un chico bastante organizado. Solo hacia las cosas rápido cuando tenía prisa.

Fue el primero en salir del aula, para luego llegar a la cafetería, no había muchas personas.

Ordeno una orden de tacos y un agua de horchata, el hambre le estaba consumiendo poco a poco. Mientras esperaba su orden, usaba su teléfono y aprovecho para dejarle un mensaje a su madre.

Diego

Mamá, asistiré a un partido de fútbol en la escuela, así que saldré más tarde. ¿Te aviso cuando se termine?

Mamá

Ok.

Después de obtener una respuesta por parte de su madre, dejo su teléfono de lado y se dedicó a observar a su alrededor. Adolescentes por cada lugar al que miraras, muchos ya se estaban retirando pues los únicos que permanecían en el instituto eran los que verían el juego.

Esperaba que su orden no tardara mucho, y al parecer sus suplicas fueron escuchadas, porque en un par de minutos su nombre fue llamado, indicando que su pedido estaba listo. Camino hacia donde estaba la chica del mostrador, entregándole su orden.

—¡Muchas gracias! —agradeció con una amable sonrisa.

—Ten un buen día. —respondió la chica. Giro sobre sus pies, para encaminarse al estadio.

Se sentía ciertamente perdido, era la primera vez que estaba en un lugar así, su familia no era muy amante de los deportes, es por ello que Diego percibía una rara sensación, no mala, al contrario; era una chispa de emoción vibrante que recorría su ser, había anhelado durante tanto tiempo vivir buenos momentos como estos.

No tardó demasiado en encontrar un lugar en las gradas, la vista era simplemente genial, alcanzaba a visualizar todo de una gran manera. Al ya no tener nada que hacer, comenzó a comer los tacos de pastor eran deliciosos; y ni se diga del agua de horchata, algo de otro mundo.

No imaginaba que el tiempo pasara tan rápido, pues cuando estaba degustando el ultimo de sus tacos, los jugadores comenzaron a salir para calentar. Casi se ahoga, cuando miro que el chico que interrumpió en el gimnasio llevaba otro uniforme, el cual le hacía lucir increíblemente lindo.

Aunque sus compañeros no se quedaban atrás, varios otros lograron captar su atención.

Uno de ellos era muy alto de cabello muy oscuro y bonita sonrisa.

Otro era casi de la misma estatura que el de cabello oscuro, solo que él era rubio y bastante tierno.

Y el ultimo quien era el más alto de los tres hablaba con el único chico que reconocía y los demás que estaban en el circulo. Era altísimo casi el 1.90 de estatura y cabello castaño, para Diego lucia simpático, esperaba que antes de que el juego iniciara se les presentara a los jugadores, mínimo saber de quien se trataban, ya que solo lograba identificar al que hablo en el gimnasio y ni siquiera sabía su nombre.

En unos minutos más los chicos desaparecieron, el castaño suponía que era porque ya pronto el juego daría inicio. Tenía razón.

De hecho, no tardaron mucho, el equipo rival fue el primero en ya estar fuera. Solo faltaban el equipo escolar.

—¡Bienvenidos tuzos! —la voz de una chica resonó en todo el estadio. A Diego le tomo de imprevisto, el que hablaran así que dio un pequeño salto en su asiento. El bullicio no se hizo esperar, aplausos y gritos llenaron el lugar.

"Los tuzos", era como se hacía llamar el equipo de la escuela.

Mientras que el rival era "Las comadrejas".

—Démosle la bienvenida a nuestro guardameta: Ángel Malagón. —los estudiantes aplaudieron, una pantalla en el centro de la cancha mostraba una imagen del portero.

—Defensas: Kevin Álvarez, Israel Reyes, Johan Vásquez y Gerardo Arteaga. —los gritos no tardaron en llegar. Diego poso su total atención en Kevin Álvarez, cuando su imagen apareció, ese era su nombre.

Kevin.

La gente gritaba el nombre de todos, pero uno de los más sonados era el del número 2.

—Centros: Sebastian Cordova, Luis Chavez, Edson Álvarez y Alan Cervantes. —definitivamente todos eran amados.

—Y por último nuestros delanteros Henry Martin y Santiago Giménez. —el rubio que llamo su atención, recibía el nombre de "Santiago Giménez". La gente salto de la emoción al escuchar los nombres.

Ese era el once inicial.

Teniendo todo listo y a cada jugador ubicado en su debida posición, el árbitro dio el silbatazo.

Diego se levantó de su asiento dispuesto a apoyar a su equipo. Alentaba junto a las personas que se encontraban a los lados, el castaño se sentía bastante feliz y lo fue más cuando al minuto 14' el primer gol marcado por Santiago Giménez llego.

Se emociono bastante, hacía ya tiempo que no se sentía de tal forma.

Continuo de manera atenta al partido y también al alentar.

Los tuzos jugaban increíblemente bien, a Diego le sorprendieron bastante. Esperaba un juego bueno, pero no tanto como el que estaba viendo.

Al minuto 40' el segundo gol llego a manos de Sebastian Cordova. En cinco minutos más, el primer tiempo se dio por finalizado. Espero 15 minutos para que el juego reiniciara, por lo pronto inicio conversación con un par de chicos, los cuales eran muy amables.

El tiempo paso de manera pronta.

Al fin los veintidós jugadores estaban de vuelta. Diego notaba que los tuzos demostraban de que estaban hechos.

Al minuto 58' vino un gol del equipo contrario, eso no les gusto para nada por eso con un buen recuperamiento de pelota y un excelente pase realizado por Luis Chávez, Kevin sin pensarlo mucho, golpeo el balón con dirección directa a la portería marcando así el tercer gol.

Diego aplaudió encantado. Kevin era simplemente hermoso y maravilloso.

Las cosas se pusieron un poco más intensas, pero ya no hubo otro gol por parte de ningún equipo. Los tuzos comenzaban la temporada con un triunfo.

Diego disfruto como nunca el ver su primer juego. 

desde las gradas • kevin x diegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora