eligió su sueño antes que el amor

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Ser campeón tenía sus ventajas, los profesores te amaban y además dejaron la clase libre. El grupo de amigos inseparables conformado por: Santiago, Kevin, Henry, Edson y Sebastián. Disfrutaban aquel privilegio como nunca.

Justo en el último estante de la biblioteca y al final del pasillo donde lo único que residía era el polvo de los antiguos libros, era precisamente el lugar del que desde que consolidaron amistad se habían adueñado y habían convertido en suyo.

La mayoría de los recuerdos entrañables los habían creado ahí, sin olvidarse de la cancha, donde dejaban todo de sí en cada partido. En los tres años de preparatoria que compartieron juntos hicieron de cada rato algo inolvidable.

Y lamentablemente estaban a punto de despedirse.

—Kevin Nahin Álvarez Campos. Favor de pasar a dirección, le esperan. —los altavoces que se encontraban alrededor de toda la institución lo llamaron, el pelinegro que se encontraba riendo a carcajadas con todos los demás, callo de la nada. Todos se miraron entre sí, forjando un ceño fruncido debido a la duda presente.

—¿Hiciste algo? —pregunto el rubio, las miradas se posicionaron en él.

—No. —negó rápidamente.

—Casi nunca llaman a alguien por los altavoces. —hablo Edson. —Solo cuando son casos sumamente importantes. —prosiguió Córdova, el resto asintió.

—Puedes contarnos cualquier cosa, Kevin. —fue el turno de hablar de Henry.

—Acabamos de campeonar ayer, chicos. Saben que la honestidad esta, ante todo, pero les soy completamente sincero. No tengo ni la menor idea del por qué me están llamando. —respondió mientras abandonaba su lugar y tomaba su mochila vacía, pero que aun así llevaba consigo.

—¿Quieres que vayamos contigo? —Santiago fue el encargado de preguntar.

—No, así está bien. En cuanto salga les cuento lo que paso. ¿De acuerdo? —Giménez asintió lentamente con el rostro junto a los otros, a ninguno le convenció la respuesta que les ofreció su amigo.

Kevin les miro una última vez y sin más, abandono el lugar.

Al entrar a la dirección, se percató de que bastantes personas estaban en su espera, incluso parecieron felices de verlo. Para recibirlo la mayoría se levantó de su asiento lo cual le confundió en demasía. Ayer ganaron la copa con un gol suyo, pero no era para tanto. La secretaria del director llego hasta su lado y le saludo carismática.

—Hola Kevin. —le sonrió amablemente.

—Hola, ¿Qué es lo que pasa? —pregunto con la confusión a tope, mientras se encaminaban hasta la oficina principal que correspondía al director.

—No te asustes, no es nada malo, en realidad es algo muy bueno. —la secretaria estaba demasiado emocionada.

—Pero- las grandes puertas de caoba se abrieron a la par, luego de que la chica girara la perilla, revelando así, lo que estaba pasando.

Kevin miro a cada una de las personas que se encontraban en la oficina, sin duda alguna no esperaba nada de lo que estaba frente a sus ojos, se había quedado atónito.

—Y con ustedes el gran Kevin Álvarez. —hablo el director con una sonrisa enorme y llena de orgullo.

Un hombre medianamente alto, de poca cabellera y de característica sonrisa se acercó hasta él y le estrecho la mano. Kevin sin dudarlo acepto con una sonrisa, estaba muy emocionado. —Soy André Jardine, el director técnico del equipo de la universidad de Coapa es un gusto conocerte, muchacho. —el hombre de acento brasileño se presentó. Nahin sabía perfectamente de quien se trataba.

desde las gradas • kevin x diegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora