es bueno tener un amigo

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Se encontró con Marcel a la tarde siguiente esperándole en las gradas.

Eran las 6:00 en punto y Diego ya esperaba con ansias el inicio del partido, a lo que le comento Marcel el rival ya había salido a calentar por lo que no faltaba mucho para que los tuzos hicieran aparición.

El ambiente ya estaba comenzando, muchos ya echaban porras. Diego estaba bastante animoso desde la mañana, tanto así que para convencer más fácil a sus padres para poder ir a la fiesta solo les hizo una mirada tierna y se dirigió a ellos de manera amable.

Mauro, su hermano también acepto la petición llevarlo y traerlo a casa.

Todo estaba a su favor.

Luego de platicar unos minutos con Marcel, los estudiantes comenzaron a gritar y silbar con emoción, los jugadores ya estaban saliendo para calentar. La mirada de Diego se posiciono en cuanto Kevin estuvo en la cancha.

Llevaba un uniforme diferente, totalmente negro y con franjas doradas. A pesar de que solo lo usaría para el calentamiento, se veía increíblemente guapo.

Marcel le observaba a Diego, luego a Kevin. ¿Qué tanto le miraba al tuzo?

—¡Tierra llamando a Diego! —paso su mano enfrente del rostro de Diego para captar su atención.

El castaño parpadeo, para luego mirar a Marcel.

—¿Estas bien? —pregunto el rubio, Diego le miro extraño.

—Estoy mejor que bien, Marce ¿Por qué?

—Pues no dejas de ver a Kevin.

—Es que solo míralo se ve tan lindo. —respondió con voz enamorada, Marcel vio a Kevin e hizo una mueca.

—¿Te gusta el tuzo? —pregunto casi con disgusto, cosa que a Diego no le pareció.

—¡¿No te habías dado cuenta?!

—O sea sí, claro, pero una parte de mi se negaba a aceptar que te gusta el tuzo. —Diego le dirigió una mirada asesina e irritada a Marcel, quien se cubrió con las manos el rostro en señal de defensa.

—No te voy a golpear, tonto. Pero no le digas así, suena despectivo, ¿además que con que me guste? —Marcel se quitó las manos del rostro, mirando enternecido al castaño.

—Diego, hay muchos más guapos que él, por ejemplo, no sé Santiago. —Diego se consterno al escuchar la respuesta de Marcel.

Con que a su amigo le gustaba el "Bebote", interesante. 

—Ah mira, pues, así como a ti te gusta Santi a mí me gusta Kevin, cada quien sus gustos, ¿no? —Marcel asintió sin contraatacar.

Cuando quería encontrar a Kevin de nuevo en la cancha este ya no estaba, perdió todo su tiempo discutiendo con Marcel en vez de admirar a Kevin.

—Ya hasta se nos fueron. —murmuro triste.

—No creo que tarden mucho, ya son las 6:19. —respondió Marcel, mostrándole la pantalla de su celular.

—¿Al final de cuentas si pediste permiso para la fiesta? —se le olvido por completo preguntarle tal cosa a Marce.

—¡Si! Mis papis si me dejaron. —Marcel tenía una muy buena relación con sus progenitores.

Que anhelo.

—Qué bueno, la verdad esta noche nos la vamos a pasar super bien ¿eh? —Marcel le sonrió, era la primera fiesta de ambos y la verdad que les emocionaba bastante el estar sin sus padres, podrían hacer lo quisieran.

Solo querían divertirse y hacer de la noche algo inolvidable.

Luego de unos minutos el partido comenzó, Diego con emoción se levantó de su asiento para alentar a los tuzos.

Segundo partido y la pasaba de maravilla, al minuto 5' el primer gol llego siendo marcado por Luis Chávez, el rival se molestó notoriamente así que comenzaron a jugar de una manera más intensa.

Los tuzos jamás iban a permitirse dejarse intimidar por el rival, al contrario, jugaban mejor rápidamente y se adaptaban al estilo de juego que fuera sin importar.

Al minuto 23' el gol del empate llego, Diego solo miro a Marcel un poco serio.

—Ay, Diego. Ahorita meten muchos goles, vas a ver. —dijo Marcel de manera tranquila.

—Claro que van a meter muchos goles, Marce. —confiado respondió regresando su vista a la chancha, pero centrándose en ver fijamente en el jugador que portaba el numero 02.

Kevin Álvarez.

El pelinegro estaba dando un juego bastante bueno, Diego le admiraba de una manera tan linda. Sus ojos brillaban con intensidad, su sonrisa iluminaba y sus sentimientos crecían con el pasar de los segundos.

Realmente Diego está enamorado. Y amaba estarlo.

Al minuto 42' al fin llegaba otro gol de los tuzos marcado por Kevin, Diego al ver la anotación del pelinegro, abrazo a Marcel con demasiada felicidad. El estadio se llenó de gritos.

—¿Ves? Es el mejor, simplemente es el mejor. —decía estrujando delicadamente a Marcel, lleno de emoción. El rubio solo asentía.

En unos minutos más, el primer tiempo se dio por finalizado con el marcador favor a los tuzos. Diego aprovecho para platicar con Marcel, sobre sus planes y lo que podían hacer en la fiesta. —¿Le vas a hablar a Kevin? —aquella pregunta era interesante, pero el castaño realmente no sabía que contestar.

—Mmm, no lo creo. Él no me conoce, sería raro que de la nada le hable. —hizo una mueca de decepción, no era capaz de hablarle.

—Deberias de lanzarte, vida solo hay una. —dijo Marcel con una sonrisa.

—¿Entonces tu planeas hablarle a Santiago?

—No veo porque no, la verdad es que de seguro me ha de recordar tal vez puedo usar a mi favor lo que paso ayer.

—Tienes razón, te deseo lo mejor. —dijo mirando a la cancha con pena.

—Diego, ¿Por qué no le dices a Santiago que te le presente? —no era una mala idea, pero al castaño no le terminaba de convencer, le daba un poco de miedo la reaccion que llegara a tener Santiago si le pedía tal cosa.

—Tal vez. —murmuro no muy seguro.

—Piensalo bien. Por lo pronto quedan 45 minutos mas de juego para que sigas admirando a Kevin. —le dijo Marcel. Razón no le faltaba. Miro a la cancha, en efecto, los jugadores ya estaban de vuelta.

Otra vez su mirada puesta en Kevin dispuesto a admirarlo desde las gradas.

El segundo tiempo estuvo un poco aburrido, no hubo muchas llegadas, hasta que al minuto 89' Santiago marco el ultimo gol de la noche; terminando asi con una victoria.

Esta vez fue el turno de Marcel para abrazar a Diego y festejar a Santiago.

El castaño en ese momento descifro lo bueno que es tener un amigo

desde las gradas • kevin x diegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora