Y aunque Diego Lainez Leyva quisiera quedarse disfrutando de la increíble noche, ya era hora de irse.
Ser "el elegido" fue una de las mejores cosas que le paso en la fiesta, disfruto demasiado bailar con muchas personas y sentirse libre por un buen rato.
Hace unos minutos, Mauro su hermano mayor, le llamo para decirle que ya se encontraba afuera de la recepción esperando por su hermanito, dispuestos a irse a casa.
Diego le dijo que en unos minutos salía, pero se tardó un buen rato en encontrar a Marce para despedirse de él y decirle que se verían el lunes a primera hora.
El castaño ahora considera que lo mejor hubiera sido solo enviarle un mensaje de texto. Porque cuando llego hasta Marce, se encontró con algo no muy agradable de ver.
Santiago y Marcel se besaban con una intensidad inhumana y necesitada, tanto así que Giménez acariciaba sin delicadeza de Ruiz, mientras que el otro le pegaba más a él.
Diego grito para separar a sus dos amigos. Asustándoles con el estruendo que hizo, por lo que se vieron en la obligación de separarse, ambos miraron a Diego con muchísima pena, tan así que sus rostros se pusieron más rojos de lo que ya estaban.
—Yo pensaba que solo lo querías conocer, Marce. —dijo Diego con los ojos entrecerrados, su amigo solo agacho el rostro con vergüenza por la situación en la que Diego lo encontró con Santiago.
—Y vaya que me conoció. —dijo con una brillante sonrisa "el Bebote". Diego le levanto el dedo del medio al escuchar el comentario del mayor.
—Cállate tú, Santi. —le respondió el ojiverde no muy feliz. —Yo solo vine a avisarte que ya me voy. —
—Está bien. —Marcel ya no sabía ni que responder, la pena seguía presente en su ser.
—Nos vemos el lunes, adiós a los dos. —se despidió y sin más salió del lugar en el que estaban metidos sus amigos.
—Adiós, Diego. —dijeron los dos rubios, para después olvidarse de la pena y volverse a besar
Diego maldecía en voz baja, deseaba nunca haber visto nada de lo que pasaba entre Marcel y Santiago. Mientras bajaba las escaleras, un pensamiento extraño cruzo por su mente.
Estaba imaginando que Kevin y el estaban en la misma caliente situación de sus amigos.
Sus mejillas se tornaron de un rojo intenso, su estómago sintió mariposas y sus labios se resecaron. Ahora era el quien se sentía pena.
¿Qué tal si la historia hubiese sido al revés?
¿Qué tal si Marce lo hubiera descubierto besándose con Kevin?
Diego estaba tan sumergido en sus pensamientos que solo seguía caminando hasta la salida del lugar.
—Ya te dije que no, Dalia. —una voz muy conocida se escuchó a lo lejos, Diego en cuestión de segundos supo que era la de Kevin.
Su hermano podía esperarlo un rato más, porque antes de marcharse necesitaba saber si todo estaba bien con Kevin. Camino lentamente hasta donde provenía la voz.
Se escondió en una esquina, para no ser descubierto y aun así ver todo.
El pelinegro parecía que discutía con una rubia de cabello largo y ojos verdes.
—Kevin... por favor. Solo dame una oportunidad. —suplico la chica, intentando tomar la mano de Álvarez, pero Kevin fue más rápido y la aparto.
—¡Que no! ¿Sabes qué? Ni siquiera me gustan las mujeres, no sé porque estas tan obligada a tenerme a mí. Me tienes harto. —sentencio Kevin con firmes palabras. Diego abrió los ojos con sorpresa.
La chica se molestó demasiado cuando Kevin le confeso su verdad. —¿Eres gay? Estas tan guapo y te gusta de lo mismo.
—Y aunque fuera hetero, nunca andaría contigo. —finalizo muy molesto el pelinegro, dispuesto a alejarse de la encimosa y hostigosa chica.
Diego no sabía ni que pensar: Kevin era gay, que maravilla.
Tenía oportunidad con él, casi se pone a saltar de felicidad en ese mismo instante.
Antes de que Kevin llegue hasta donde está el y se dé cuenta de que ha presenciado todo, ahora si se dirige a la salida, sin más, abandona la fiesta.
Sonriente se encuentra con el auto de Mauro y se sube en el lugar de copiloto, ve y saluda a su hermano, pero sigue pensando en todo lo que recién sucedió.
—¿Cómo te fue? —pregunta Mauro porque sabe que es la primera fiesta a la que su hermano menor va solo.
—Increíble. —responde Diego muy feliz, esta imaginando a futuro todo lo que puede llegar a pasar entre Kevin y el.
Mauro se alegra de ver así a su hermano, aunque esta consciente de que Diego esta un poco tomado. Pero es un adolescente, la mayoría hace eso, el en su época estuvo mucho peor que Diego. Es por eso que solo ve y calla.
El castaño esta tan emocionado después de lo que escucho; que pierde el miedo a interactuar con el pelinegro. Solo quiere estar junto a él.
No tiene duda alguna de que el lunes podría ser el inicio de algo interesante e importante a la vez.
Cierra los ojos cuando escucha que Mauro ha encendido el auto y ya está emprendiendo camino hasta casa. Recuerda que ha bebido bastante así que con el transporte en movimiento; se arrulla y el sueño lo consume en pocos minutos.
Su mente solo esta enfocada en el pelinegro de ojos avellana; justo Lainez sueña que sus labios besan a los de Álvarez.
hola hola, me ausente demasiado aquí. les debo una enorme disculpa, de ahora en adelante prometo actualizar mucho más seguido.
gracias por todo el apoyo.
les adoro y quiero mucho. <33
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desde las gradas • kevin x diego
FanficKevin es uno de los futbolistas más amados de la escuela, Diego solo es un estudiante con excelentes notas; el cual no se pierde ningún partido de Kevin porque solo el sabe lo mucho que lo ama y lo admira desde las gradas.