promesas cumplidas

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Viernes.

Este día no era uno común, Diego podría considerarlo uno de los más importantes en su existencia entera.

El partido al que Kevin le había invitado el lunes se llevaría a cabo a las siete de la tarde. Luego de la escuela; el castaño no saludo a nadie al llegar a su hogar, en cambio, subió con toda la rapidez posible hasta su habitación, cerró la puerta detrás de sí, tiro su mochila al piso y procedió a hacer lo que se planteó desde que despertó.

Abrió ambas puertas de su closet, de lado a lado observaba toda su ropa. Y como si se tratase de un experto, califico cada una de sus prendas; en la búsqueda de lo perfecto para el partido.

Lainez nunca había actuado así, siempre usaba lo que primero encontraba, sin importarle mucho el cómo lucia; aunque favorablemente todo le quedaba genial y nunca lograba verse mal. Eso sí que era un punto más para Diego.

Siendo honesto contaba con prendas para cualquier ocasión que requiriera; formal, casual, informal, elegante, clásico, cualquiera que pudieras imaginar. Pero, este día lo sentía tan especial que quería elegir simplemente lo mejor.

Quería lucir bien para Nahin, solo para él.

Después de lo que parecían haber sido horas de probarse todas las opciones que considero como "buenas", al fin encontró un conjunto que le hacía lucir "perfecto".

Las prendas a vestir eran: una camiseta polo azul marino, con la cual su objetivo era hacer alusión al uniforme de los tuzos ya que ese era el principal color que portaban, continuo con unos jeans negros ajustados y por último unos tenis blancos.

Al confirmar que le gustaba lo que iba a portar, se dirigió hasta el baño con la intención de darse una ducha. Paso gran tiempo cantando todas las canciones de su playlist favorita mientras creaba espuma con el shampoo sobre su cabello.

Al salir de la ducha, se vistió, lavo sus dientes y por último seco, peino y arreglo su suave y castaña cabellera.

El reloj marcaba las seis con veinte de la tarde, el ojiverde realizo que todo estaba completamente a su favor, ya que todo tomo su tiempo justo y nada le salió mal. Solo quedaba esperar la llegada de Marce para dirigirse juntos hasta la escuela y presenciar el partido.

En cuestión de un par de minutos, el sonido de un claxon afuera de su casa le indico la llegada del rubio, con prisa tomo lo que creía necesario y salió de su habitación.

Su madre se encontraba en la sala de estar leyendo con mucha tranquilidad una revista, la prisa con la que su hijo bajo las escaleras le confundió bastante, Diego últimamente ha estado bastante distinto con la familia.

Es más amable y social con ellos.

Mary no sabe si debería de preocuparse o estar feliz, es por ello que se mantiene neutral y prefiere no intervenir.

—Mamá, Marce llego por mí. —anuncio Leyva a su madre.

—¿A dónde vas? —el castaño no le había pedido permiso para algo, por lo que se vio obligada a saber a dónde se dirigía su retoño.

—Los tuzos van a jugar hoy, me invitaron al partido. —respondió ansioso por irse.

—¿Quién te invito? —cuestiono Mary, dejando su revista de lado para cruzar los brazos y mirar a su hijo.

—Nahin.

—¿Quién es Nahin? —la señora Leyva únicamente conocía a Marcel y eso porque el miércoles el castaño y el rubio tuvieron que hacer un trabajo en equipo en la casa de Diego.

desde las gradas • kevin x diegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora