Celos.

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Mimi solía despertar siempre muy temprano, por lo que no podía creer que estaba en sus brazos y así apreció unos minutos como dormía. Se levantó con sumo cuidado, así dirigirse hasta la cocina para preparar el desayuno, quería dar un detalle al rubio por lo atento que había sido el día anterior con ella y más porque debían ir a la escuela, para alcanzar a llegar a tiempo. Una vez que tenía listo el desayuno, lo dejó en una bandeja, dirigiéndose donde su mayor y colocando la bandeja en la mesa de noche.

- Yamato-san. -Dijo Mimi quién trataba de despertar al rubio.-

- Es temprano, 5 minutos más, ¿Si?

- Ahora entiendo porqué siempre llegas justo a la hora. -Suspiró Mimi, negando con su cabeza.- Si no quieres despertar por las buenas, la harás por las malas.

Mencionó Mimi quién se subía encima de Yamato, inclinándose para comenzar a besar su cuello, realizando un camino lento hasta el oído de este y sonreír un tanto traviesa.

- D e s p i e r t a. -Susurró sobre su oído.-

- ¡B-Boba! ¿Qué haces? -Cuestionó un sonrojado Yamato, quién reía ante su acción y más por tenerla encima, sintiendo la necesidad de posar sus manos en la cadera de la castaña, presionando su falanges sobre su piel.-

- A-Ahora no, desayuna primero, luego si hay tiempo sí. -Mencionó Mimi captando las intenciones de Yamato, por lo que se inclinó robándole un beso y salir de encima de él, acomodándose para colocar bien la bandeja sobre las piernas de su mayor.-

- Me vengaré por eso, ¿Lo sabías? -Cuestionó Yamato quién comenzaba a comer parte de su desayuno.- ¡Esta delicioso! Creo que tus platos se están convirtiendo en mis favoritos.

- Exageras, pero si te gusta puedo llevarte el almuerzo mañana, ¿Te parece?

- Me encantaría, entonces esperaré el almuerzo de mañana. -Dijo el rubio mientras tocaba la punta de la nariz de Mimi con su dedo índice.-

Ambos desayunaron gratamente, para así Mimi tomar sus ropa de cambio limpia y así dirigirse hasta el baño. Se quitó la playera que le había facilitado Yamato para dormir, para así quitar su ropa interior y entrar a la ducha. La sorpresa se llevó cuando el rubio se adentró al baño, cerrando la puerta, desvistiéndose de una vez y entró junto a ella.

- ¿Q-Que haces? -Cuestionó Mimi sonrojada al ver a Yamato en la ducha.-

- Pensé que sería bueno ahorrar agua. -Mencionó mientras rodeaba sus brazos por su cintura, mientras veía como Mimi daba el agua que caía en ambos cuerpos.-

- Que conveniencia, ahorrar agua. -Bromeó Mimi quién aplicaba el shampoo en su cabello, comenzando a lavar este con sumo cuidado, mientras que Yamato le daba reiterados besos en sus labios.- Bobo.

- Así estoy. -Confesó Yamato, quién tomaba el shampoo y se lo aplicaba en el cabello.-

Luego que ambos se ayudaran a bañarse juntos, no aguantaron la tentación de tenerse desnudos uno frente al otro y se besaron, aquel que no demoró en transformarse en uno apasionado. Mimi elevaba sus brazos para rodear el cuello de su mayor, así aproximándose más a sus labios y besar con más intensidad. Yamato por su lado, posaba ambas manos en los glúteos de Mimi, masajeando al compás de los movimientos del beso.

El rubio no demoró en sentir un calor más elevado de su cuerpo, producto de aquello se notaba su erección que rozaba en la zona íntima de la fémina, ella al sentir la hombría de su mayor erecta, llevó su diestra y comenzó a masturbar con suavidad esta. Yamato no aguantaba las ganas de hacerle el amor a la castaña, por lo que la tomó bien de los glúteos, tomándola bien entre sus brazos, por lo que Mimi se afirmó con sus extremidades inferiores en la cintura del rubio. El mayor arrinconó a Mimi para así guiar su erecto y duro miembro, a la húmeda entrada de su menor.

Sueño contigo. (MIMATO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora