Rompimientos y amistades.

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UNA SEMANA DESPUÉS...

Había sido una semana demasiado difícil para Yamato, partiendo desde esa noche al ver a Mimi en ese estado, era extraño porque cada vez la sentía distinta y no era el únicos, todos la notaban diferente, más fría, más madura. ¿Qué había pasado con aquella dulce chica que se había enamorado? Se lo cuestionaba a diario y se culpaba de sus acciones que hayan cambiado tanto a Mimi.

El rubio estaba en su guitarra practicando unas cuantas canciones, cuando su móvil vibró y despertó de sí mismo.

"Veámonos en esta dirección, en una hora estaré allí"

Yamato estaba extrañado con el mensaje de Zoe, por lo que suspiró pesado y se fue alistar, dándose una rápida ducha. Luego se colocó una playera blanca, jeans y su campera de jeans.

Al salir de su habitación se encontró con Takeru.

- Mamá quieres que vayas pronto a terapia, deja de estar evitándola. -Mencionó Takeru.-

- No sé ni lo que puedo decir...Vuelvo pronto, iré a juntarme con Zoe. -Dijo Yamato sin más bajando las escaleras de la casa.-

- Tienes un hermano con quién hablar. -Dijo Takeru mirando como él descendía las escaleras.-

Yamato sin responder nada, salió de la casa mirando primeramente hacia la casa de Mimi, notando que Koichi estaba en la puerta de la casa de la pelirosada y así sin más se subió a su motocicleta, buscando la dirección por GPS.

Arrancando la moto, Yamato iba pendiente del GPS, ya que su mente estaba vacía, no sabía que era volver a sentir y como conocer su dolor.

En minutos estaba ya en la cafetería, esa misma donde él le había pedido a Zoe que fueran novios y aquello le parecía muy extraño. Al entrar estaba la rubia sentada en un lugar apartado, se acercó hasta donde ella y la iba a saludar de beso como lo hacía desde que eran novios, pero ella no lo dejó.

Yamato estaba extrañado por el actuar de ella, por lo que se sentó frente a ella y sólo la miró fijamente.

- Pide lo que quieras, yo pago. -Dijo Zoe fingiendo una sonrisa.-

- Un café solamente.

- Pide algo para comer, casi no comes como antes. -Comentó una preocupada Zoe.-

- Está bien...

Cuando hicieron el pedido, ambos guardaron silencio hasta que llegó la comida y empezaron a degustar estar.

- Te cité aquí porque sé que ambos no estamos bien. -Confesó Zoe quién trataba de no quebrarse.- Siento una culpa enorme por todo lo que pasaste tú y Mimi-san, es complicado, más cuando uno es el causante de lo peor. Yamato-san, te amo, pero como te amo, quiero dejarte ir, quiero que encuentres donde ser feliz y no sientas culpa, simplemente el amor es así.

- Zoe, ¿Estás segura de lo que me estás diciendo?

- Más que nunca, ella ha cambiado mucho, está demasiado fría, la vi fumando y mi mente fue ¿Alguien que ama la música con su vida se pone a fumar? La sonrisa de ella, eso que la destacaba, se esfumó, sólo es una persona que lucha por vivir y eres el único que puede ayudarla.

- Creí que era el único que la notaba de esa forma, incluso yo renuncié a todo y dije que aceptaría su amistad, sólo me puedo conformar con eso. No puedo acercarme, su hermano me odia y para que hablar de Koichi.

- Debes tomar el valor de hablar con ella, también de sanar, sé que estás con un dolor grande, en poco tiempo has bajado de peso, sales poco de la casa y nuestra relación no es la de antes. -Suspiró mientras que caían un par de lágrimas.- Te amo, Yamato-san, pero no puedo estar con alguien quién ama a otra persona y no quiero que me uses para olvidarla.

Sueño contigo. (MIMATO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora