Capítulo 6

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El día siguiente fue tranquilo, el mes también y rápidamente llego el invierno cubriendo con escarcha y nieve todo lo que, en verano, estaba rebosante de verde y vida, el humo gris que salía de las bocas cubría el patio donde ahora hay una cancha para practicar esquí. Durante este tiempo no hubo imprevistos, ni bailes, ni fiestas a las que asistir. Se notaba cada día más la división entre castas. El habla y el comportamiento se notaba a simple vista y en los recreos de quince minutos entre medio de cada hora.

Yo nunca usaba un vestido dos veces, Natasha junto a Elena, quienes eran expertas en la moda antigua, diseñaban mis vestidos y Anastasia los armaba y decoraba.

Odette crecía y engordaba un poco más cada día; ella rasguñaba y deformaba mis muebles como pasatiempo y lo que quedaba del día dormía o comía. Era una gata que se cansaba mucho, pero era muy cariñosa, durante el tiempo en que me ausentaba para ir a hablar con la directora, Nathan se encargaba de ella, ya que las doncellas no estaban en la habitación; Odette se pasaba ronroneando y maullándole intercaladamente tratando de recobrar la atención perdida. A la noche, cuando hacía especialmente frío y su abrigo permanente no le satisfacía lo suficiente, se hacía un lugar debajo de uno de los brazos de Nathan en el piso y se escondía entre las sabanas, ronroneaba unos momentos y luego se escuchaban pequeños ronquidos.

Al final de todo decidí que Nathan, como es a quien más conozco, sería mi "compañero de cuarto". Le mande una carta a mi padre diciéndole que traigan una cama para él pero Nathan mando otra diciendo que no hacía falta y que dormía en el suelo, y papá le hizo caso.

Por primera vez luego de todo este tiempo hay algo emocionante, es el cumpleaños de la directora y como se considera importante abra una fiesta en su nombre. Nadie hablaba de otra cosa que no sea de ello.

Por primera vez no tendré que ir acompañada por alguno de mis guardias ya que, luego de que Ethan pasara las miles de pruebas que le impuso que hiciera mi padre se le permitió ser mi amigo; no me contó que es lo que le habían obligado a hacer sino que la última vez que se dirigió al infierno apareció tres días después con la mitad de la cabeza rapada y la ropa quemada; aún no le crece lo suficiente el pelo como para taparlo, iría con él y este día será importante porque se hará la primera prueba para ver con quien uno estará para siempre y el puesto.

Las chicas, Anastasia; Natasha y Elena, dejaron de tratarme de usted ya que ahora, después de Ethan y Nathan son mis confidentes.

Pero ahora me están vistiendo con un vestido suelto negro de escote corazón y que llega hasta el suelo y un poco más por lo que no necesitaré zapatos, iré descalza. Es de manga larga pero transparente. El pelo lo llevo recogido en un rodete que, aunque parezca simple es muy elaborado, tardaron veinte minutos en hacerlo, todo el pelo no lograron llevarlo hasta el extremo y acentuaron más los rulos que ya tenía.

Como siempre debía llevar algo, aunque sea pequeño, que representara el escudo familiar, pero siempre tenía que estar a simple vista; llevaba un anillo delicado que en sombras tenía el dibujo.

Me quedo en mi cama sentada mientras leo alguno de los libros que la editorial del inframundo me manda, es bastante ridículo, trata de hombres lobo y aunque me encante el tema esta historia me parecía demasiado cliché.

Al pasar más media hora, Ethan no aparece y me estoy aburriendo bastante tomo uno de los juguetes de Odette, un ratoncito dorado sin un ojo, y de la cola lo sostengo mientras la gata que hace pocos minutos estaba dormida ahora está en posición de caza.

Cuando se prepara para saltar se abre la puerta, la gata en el aire chilla, sale de su transe y corre debajo de la cama.

Aun con el muñeco en mano me doy vuelta y esta Ethan con un traje negro, moño dorado que no le queda para nada.

Blue RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora