Capítulo 11

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Al ser casi la noche las ventanas han sido abiertas para que el crepúsculo se refleje en el piano y la banqueta me quito los mortales zapatos de tacón cuando me senté en la cama, me masajeo la planta del pie junto al talón mientras mi mirada se centra en Evan que no se movió de la puerta inspeccionando, como cada vez que viene a mi habitación. Luego de sentir mi mirada él la corresponde y con la mirada sabe que tiene que ir al piano.

-¿Para qué me necesitas?- tomo una de las livianas banquetas y me siento a su lado.

-Quiero componer una melodía-.

-¿Puedo saber para quién?- me mira y sonríe- déjalo, no hace falta- tomo en mis manos la batuta de madera y Evan me mira asustado- no te preocupes no te pegaré a menos que no te comportes, solo la voy a guardar en su estuche- finalmente suelta todo el aire que estaba retenido en sus pulmones y yo cierro la caja de madera- ¿Cuáles son las reglas?-

-Solo nos tratamos bien acá; nada de molestarse ni comentarios sarcásticos; y prestar atención si quiero tu respeto- dice en voz monótona- ¿puedo decirte Flor?- le miro confundida.

-¿Cuál sería el significado?- coloco las partituras en blanco sobre su lugar una pluma de ave recortada y el frasco pequeño y dorado de tinta negra.

-Tú eres tan bella como la flor que lleva tu nombre, e igualmente delicada- sonríe orgulloso y lo miro severamente- y...- alarga la letra pero continúa-... porque escuche a Ethan decírtelo-.

-Que buen chiste, como si estuvieras celoso- Evan ríe estruendosamente-. Empecemos-.

Sonríe y asiente, me siento y él se queda callado, esperando.

-Y... que hacemos-

-¿Tienes la melodía?-niega-. Veo que no tienes nada, y ¿Cómo piensas hacer una canción?-

-Lo dejo en tus manos-.

Pasaron las horas y el arcángel Miguel nos llamó a reunión a mi padre, a Nathan, Evan y a mí. Y es por eso que estamos en un cuarto pintado de blanco, simple sin más que una cama grande totalmente de blanco, ya armada sin ninguna arruga; una pequeña mesa de luz en una esquina repleta de papeles; y al fondo un escritorio de madera que en las patas están tallados varios ángeles en diferentes ángulos. Todo en conjunto es la habitación de Evan que no hace otra cosa que mover sus dedos con inquietud mirando a todos con precaución, como si estuviera esperando que una bomba explotara

-¿Qué hacemos todos aquí?- Evan es el primero en preguntar sin dejar de mirar a mi padre y al suyo que están juntos y tensos.

-Hijo, como sé que eres un chismoso de primera ya debes saber que ambos ejércitos sin consentimiento alguno ya están preparando sus armas-. Dice Miguel con su porte perfecto, con una vestimenta mitad armadura plateada y mitad traje blanco, con el mismo pelo de Evan pero a diferencia de ese, este está pulcra y brillantemente peinado.

-Que amistoso padre que tengo, tan considerado con su hijo-; ríe para después golpear amistosamente a Nathan quien está inmutable- por el otro punto, me han comentado que es por una profecía pero nadie sabe porque- a tal respuesta mi padre y Miguel se tensaron de tal forma que, por un instante la piel de mi padre se había mutado de ser totalmente pálida a ser de un gris opaco resquebrajado y sus ojos sin ningún espacio en blanco, todo en negro; sin la pupila; y Miguel solo estaba tenso, pero se notaba que se ordenaba a sí mismo a controlarse-. ¿Puedo saber la profecía?- inquiere en respuesta al comportamiento de ambos padres que se miraron un instante como si se estuvieran diciendo algo y contestaron al mismo tiempo que Nathan y yo.

-¡No!-se dijo en un coro coordinado.

-De ninguna manera, no dejaré que te sobrepases con mi...-continua mi padre pero con un movimiento de mis dedos consecuente del de mi muñeca se calló, además sumándole la mirada fría que recibió por Miguel y por mí no volvió a hablar solo estaba quieto.

-Hijo deja ese tema de lado, te hemos llamado por que hemos visto que durante esta semana has avanzado, no has coqueteado, ni hecho bromas a ningún alumno ni profesor creo que es el tiempo a que sientas cabeza- cuando Evan mira confundido a su padre este le responde con las próximas cuatro palabras que tienen un gran peso:- Te vas a casar-.

Pero lo sorprendente de esto fue la reacción de Evan.

-¿Me dejaras elegir?- Miguel asiente y Evan estira la mano en dirección a su padre, este saca de su bolsillo un objeto que no puedo ver y lo deposita en la mano extendida de su hijo quien automáticamente lo guarda en uno de sus bolsillos pero no se pudo pensar más en esto ya que alguien toca la puerta donde nos encontramos, me muevo por el luminoso lugar y abro la puerta, en esta solo hay un hombre que con un movimiento de cabeza hacia mi persona se encamina en dirección a Miguel, el hombre sin nombre le dice algo en el oído y se marcha sin despedirse.

-Hijo, Josefina, tu madre, ha venido y requiere tu presencia-. Miguel anuncia.

-Gracias, pero si me permiten, no me gustaría estar en esta habitación un segundo más-. Al decirlo se larga.

-Querida, tenemos que ir a ver las flores de la recepción-. Nathan apoya su mano en mi hombro pero bruscamente saco su hombro de manera brusca.

-Yo he pasado por lo mismo debo ayudarlo, como mínimo acompañarlo- digo con una voz que denota ansiedad.

-Claro, ve con él, su madre puede que lo exacerbe un poco- a Miguel se le veía en sus ojos un amor puro, algo que antes nunca había visto.

-Jazmín- habla mi padre desde que gritó por última vez- por favor, no te enamores-

-Si padre-.

Al ser invierno los arboles no tienen hojas, están totalmente cubiertos de nieve, el pasto dejo de verse para ser de escarcha y el escenario se complementa con un Evan sentado en una banca con los hombros caídos. Camino hacia el dejando mis pisadas en la nieve.

Me siento junto a él y su reacción al sentirme es enderezarse.

-La noticia te llegó de repente ¿no?-asiente con la cabeza y con un gemido de frustración vuelve a encorvarse.

-Tu sabías de esto- no es una pregunta; es una afirmación-. ¿Cuándo lo supiste?-

-Realmente hace tiempo, cuando a mí me dijeron de mi compromiso era obvio que no iba a ser la única que lo haga- me levanto de mi lugar y le tiendo mi mano-. No le digas a nadie lo que te diré pero: caminemos y hablemos que tu madre te está esperando-. Evan me sonríe con la sonrisa que lo caracteriza: el rompe-corazones.

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N/A: Holaaaaaa, que tal están, yo muy feliz ya que llegaron las vacaciones de invierno!!! aunque sean dos semanas les prometo que terminaré la historia empezando con la promesa que subiré el capítulo 12 con más de 1000 palabras mañana!!!!!!! y así el jueves el 13 y el viernes el 14 (sábado no voy a poder) pero el domingo subiré el 15!!!

No sean lectores fantasmas, no es lindo y a uno le molesta.

Voten y comenten que piensan de la historia y como verán me inscribí en los Watty's 2015 por favor ayúdenme.

Besos <3 <3 <3 <3    

Blue RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora