212

43 3 1
                                    

Despierta transpirando a causa de una pesadilla. Suspira aliviado. Un sueño. Nada más que eso.

Se incorpora en la oscuridad para buscar el interruptor y su cabeza golpea contra una superficie dura. En ese momento empieza a comprender que no fue una pesadilla.

En el sueño sufrió un ataque cataléptico. Se encontraba entre extraños, no sabían de su mal y lo enterraron creyéndolo muerto.

Pero estaba vivo y el ataque cesó. ¡Ojalá no hubiera cesado! ¡Ahora se encuentra enterrado en vida!

Microcuentos de terror (volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora