226

27 0 0
                                    

—Te amo, siempre estaré a tu lado, y nunca, nunca te abandonaré —era su oración favorita.

Y yo, terca y masoquista, la había guardado en una mini-grabadora y solía repetirla una y otra vez en la soledad de mi habitación mientras el dolor fluía en forma de lágrimas y sollozos.

A veces, cuando el dolor y la desesperación eran tal que creía que iba a morir, bajaba a la cripta y ponía la grabadora entre sus labios resecos. Así, al menos por un momento, él volvía a hablarme.

—Te amo, siempre estaré a tu lado, y nunca, nunca te abandonaré.

Microcuentos de terror (volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora