Lo que vi esa noche fue algo aterrador. Un caballo cuyos ojos eran dos brasas y un jinete que era un esqueleto. La caballería tiraba de una carreta cubierta por una lona incandescente y en la lona, desde el interior, asomaba un rostro a modo de relieve, un rostro que era idéntico a mí.
Era imposible no evocar el recuerdo de un amigo que, antes de desaparecer, me contó que había sido testigo de una escena similar.
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Microcuentos de terror (volumen II)
HorrorContinuación de mi anterior libro "Microcuentos de terror". Como tal, en este libro empezaremos a partir del microcuento No. 201. Los textos rondan alrededor de 100 palabras, se leen en cuestión de segundos. Agrega el libro a tu biblioteca y disfrut...