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Mi casa se ubicaba cerca del camposanto y hacía quince días que veía al mismo personaje pasar frente a mi ventana camino del cementerio.

Lo seguí con sigilo y lo vi abrir una trampilla que llevaba a una cripta. Mi corazón dio un salto. ¡Era la cripta de los Montiel! Donde hacía dos semanas habían depositado el cuerpo de la hija de la acaudalada familia.

Turbado seguí al hombre hasta la cripta y lo encontré inclinado sobre el cuerpo de la mujer. Y la apuñaló siete veces.

Entonces se volvió y me miró.

—No estoy loco —dijo—. Pero esta mujer mató a mi hijo de siete puñaladas y salió impune merced a su dinero. ¡Y esta es mi venganza!

Microcuentos de terror (volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora