218

32 3 2
                                    

—¿Está deliciosa la cena? —pregunté a mis padres.

No respondieron, se limitaron a mirarme con fijeza, con aprobación, diría yo. Era increíble lo bien que me llevaba con ellos últimamente.

Después de años viviendo entre insultos, las cosas por fin mejoraban. Antes me llamaban el bicho raro de la familia, nerd, asocial, sociópata y mil adjetivos más. Me despreciaban, de eso no cabía ninguna duda.

Ahora, por fin me había librado de sus insultos. Claro que, primero tuve que encadenarlos para poder cortar sus lenguas a placer. 

Microcuentos de terror (volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora