216

38 2 3
                                    

De los Miller, recién llegados a la ciudad, se dijo que eran vampiros. Pero yo no creía en patrañas. Así pues, en cierta ocasión que me invitaron a hacer negocios con ellos, no dudé en aceptar. Vivían con esplendor y yo ambicionaba rodearme de similar opulencia.

Sin embargo, algún tiempo después, ellos eran más ricos y yo me encontré en la miseria. De alguna manera se habían quedado con todos mis bienes.

Solo entonces supe que la palabra vampiro tenía otra acepción: Persona sin escrúpulos que se enriquece a costa de los demás.

Microcuentos de terror (volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora