Diente Por Diente

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9.

Tyler pasó el resto de esos días y el fin de semana enojado. Planificando cómo iba a vengarse del pobretón por tremenda falta de respeto a su persona. El pobretón los tenía a todos comiendo de la palma de su mano, pero no a él. Él sabía que era mala gente.

El lunes

Henry se estaba adaptando a su nueva realidad. Jugar con Jerry videojuegos era más divertido ahora, no tenía los mismos reflejos con los Joycons pero seguía siendo bueno. Apostaban cosas, como quién traería la merienda o quién tendría que limpiar los baños por una semana.

Descubrió que, la razón por la que vivía con la familia de Jerry era porque sus padres se habían ido del país por negocios a Bolivia y no podían llevarlo a él. Prefirieron dejarlo con la familia de Jerry. En esa realidad, ellos eran sus padrinos y eran amigos muy cercanos de los suyos. Supuso que, dado que tuvieron a Henry en una edad más tardía, sus padres debían ser personas un poco diferentes a lo que él los recordaba. No es lo mismo tener un hijo a los 22 que a los 32.

Ese día había una excursión  a la que Henry tenía pocas y ninguna voluntad de ir. Tener que salir al aire libre le parecía horrible, y más acompañado del montón de cretinos simplones con los que estudiaba primaria, que preferían Free fire sobre Contra Strike y Tekken Sobre smash bros.

<<Nobs posers. No saben lo que es el gaming>> pensaba Henry.

Jerry tuvo que arrastrarlo fuera de la cama:

"Tienes que ir. Todos tus amiguitos irán"

"Yo no tengo amigos. Esos niños son muy inmaduros" Henry se cruzó de hombros "Además hablan de puros juegos de móvil cuando las consolas son obviamente mejores. "

"Tú no eres muy maduro… tienes un peluche de videojuegos."

"YOSHI NO ES UN PELUCHE" Protestó Henry "es una figura de acción… de felpa".

Jerry resopló y se puso en modo serio.
"Henry, te ordeno que vayas a esa excursión y hagas amigos."

Henry retrocedió, sintiéndose atacado.
"No puedes obligarme…"

"Pero puedo sobornarte" terció Jerry "Ve allí, traba amistad e invítalos a jugar aquí.  Velo como una misión."

La idea le parecía  desastrosa a Henry.
"Aja… ¿y si lo hago. Oh gran proveedor de misiones legendarias… qué  hay para mí?"

"Te compraré un peluche de Mario".

"De Bowser."

"Hecho."

Así pues, Henry aceptó  ir a la excursión, que curiosamente se llevaba a cabo en el cementerio.

Todos los niños se reunieron alrededor de una lápida muy aburrida mientras una ancianita explicaba:

"Aquí descansan los restos del salvador de nuestro gran país… o así sería si no se hubieran exhumado para fines de brujería y se hubiera descubierto que ya no estaban ahi realmente. Lo cierto es que no se sabe dónde está  el cuerpo. Aquí de seguro nunca estuvo… pero al menos la tumba es bonita. Miren, este material se llama marmol. El mármol en la antigua Grecia se usaba para…"

La mente de Henry se disoció y se fue a otros lugares más lejanos, como la posibilidad de un apocalipsis zombie y de lo bueno que sería sobreviviendo. Pero la fantasía no le duró  mucho. Miró  a su alrededor. Como buscando un niño que más o menos fuera soportable para entablar amistad. No sabía por qué, pero le emocionaba la idea de un peluche de Bowser  de al menos 50 centímetros. Podría abrazar toda la noche. Y además se vería bien entre sus peluches de Pokémon.

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