Homero enojado, Homero se vengará del mundo

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16.

Durante un buen rato Henry estuvo observando frente al reloj de pared. La hora ya se había pasado y se preguntaba si Tyler realmente iría. No es que a él en sí le importara, pero sentirte plantado, incluso por un patán le dejaba un mal sabor de boca. Como si estuviera en secundaria otra vez y Mocina Kiros hubiera dicho, otra vez, frente todo el instituto que jamás sería su novia, porque Henry era muy feo y muy flaco para ella.

Henry se fue a la cocina y empezó una de las botanas que Jerry compró para ambos. Una bolsa de papita para dos terminó siendo para uno solo en 15 minutos mientras veía una serie de misterio en el televisor pantalla plana de la sala.

Jerry se sentó a su lado al verlo ya en pijama y completamente solo.

"Oye, amiguito… ya es un poco tarde."

"Son las siete." Replicó  el niño.

"No creo que tu amiguito venga. Tenía que estar aquí a las cinco."

Henry se encogió de hombros.

"Al fin que ni quería  ser su amigo. Es un idiota."

"Oye, no estes triste."

"No lo estoy."

Henry se cruzó de brazos y miró  al suelo con mal gesto.

"Entonces ¿como te sientes? ¿Qué  piensas? Quiero oirlo."

"¿Qué pasa si no quiero contarlo?"

"Tú y yo somos amigos ¿no? Nos podemos contar cosas. ¿Qué tal eso? Confía en mí. Cuéntame por qué estás con cara larga si no te agrada tanto tu amigo."

"Es que no se siente bien que te dejen esperando. Se siente feo."

"¿Crees que Tyler aun venga?"

"No lo sé. Supongo que realmente no importa."

"Claro que importa. Era algo importante para ti."

"¿Cómo lo sabes?"

"Se te nota."

Entonces, la puerta sonó. 

Jerry fue a abrir la puerta y ahora estaba Tyler con una mochila al hombro, ya vestido en pijama.

"Buenas noches señor ¿está Henry?"

"Ah, llegas justo a tiempo Tyler" dijo Jerry. "Tu amigo casi se duerme esperandote."

"Lo siento. Es que la lluvia y el trafico hasta aquí nos demoró. Además mi madre insistía en que debía traer un pijama nuevo, así que Robert me hizo esperar en el auto mientras compraba algo para mi."

"Con cualquier ropa de dormir valía, amiguito. El chiste es que es tan vieja que la usas para dormir porque se ha vuelto muy fina de tanto lavarla."

"Oh… no sabía… ¿puedo pasar? Está lloviendo aquí afuera."

"No sé diga más."

Tyler corrió dentro de la casa y fue directo a Henry.

"¡Henry!" Se le tiró en el regazo y lo abrazó sin que el otro tan siquiera se lo imaginara. "Hoy hueles a papitas."

"T-Tyler. ¿Qué te pasa?"

"Perdón por llegar tarde Henry. Quería estar aquí más temprano. Lo juro."

"B-bueno. Te perdono."

Henry puso una mano en la cabeza de Tyler, este sonrió ampliamente y estrujó su cara en la barriga de su amigo.

"Estás… cariñoso hoy."

"Es que te extrañé mucho Henry. ¿Podemos jugar hoy también? ¿Vemos una película?"

El Genio Malvado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora