20
En la casa de Tyler, a la luz de la chimenea su madre leía una carta mientras una via estaba puesta en su brazo flitaba lentamente medicamento. Se sentía cansada, desanimada y el dolor la acompañaba a todas partes como un espectro acosador. Cuando era pequeña no entendió nunca el miedo a los fantasmas. Ahora era acosada todos los días y terriblemente por uno invisble que la hacía desear no estar viva.
Leyó detenidamente. Una vez hubo acabado su hijo apareció en el umbral de la puerta.
El chico tenía los ojos hinchados de haber estado llorando, no tenía fuerza para mirarla y ella, a sabiendas de lo que él había estado haciendo, contempló la inmovilidad de su vástago ante su presencia. Sabía que no se había portado lo mejor posible.
"Robert me ha hecho un informe detallado de tus… actividades actuales."
El mayordomo, aparte de comentarle que se peleó en la escuela, precisamente con el niño de la familia a la cual su marido intentaba acercarse, le dijo que en cierto momento Tyler confesó estar teniendo problemas de continencia y las posterior salida para comprar los suplementos necesarios. Después de todo, a ese paso el colchón quedaría inservible.
Ella no entendía en qué momento las cosas se torcieron así. O sí por el contrario no conocía para nada a su hijo. Tantas reglas, tanta parafernalia. Tanta estupidez.
En el borde de su vida se daba cuenta que poco había hecho que realmente valiera para algo y contara como logro… salvo ser madre. Y parecería que aquí tampoco tomó las mejores decisiones.
Estaba cansada. El hastío era el segundo fantasma, este era pegajoso. Las pequeñas cosas, antaño disfrutables, le daban igual o bien eran otra molestia. Y ahora esto, se preguntaba si… algo de todo esto valía realmente la pena.
Su hijo se aproximó un poco. Vio la bolsa de líquidos y la manguera que se enchufaba a su brazo.
"Madre, ¿que es eso?"
"Solo vitaminas, recomendaciones del médico" respondió ella. Intentando sonar despreocupada. "¿Vas a decirme qué es todo este asunto de… cambiar tan frecuentemente tus pantalones?"
Su hijo se ruborizó. La vergüenza no era algo tan propio de él como lo era el orgullo. Era completamente innegable que tenía problemas. Y ella ahí, en su mundo, mirandolo sin verlo todo este rato.
"Madre, perdón… no sé qué me pasa."
Lágrimas brotaron del chico como rara vez sucedía, ella comprendió el dolor que su alma arrastraba. La presión, la imposibilidad de… ser lo que se espera, espectativas. Comprendió que ella misma causaba infelicidad a todo lo que tocaba. Claro está que, estar contento nunca fue una prioridad.
"Tiron, ¿es que no confias en mí que no querías contarme?"
"Tenía miedo, madre. No quería que nadie supiera y ahora, ya es muy tarde para guardar el secreto. Todos se dieron cuenta, ya no… ya no sé qué mas hacer."
El chico, en busca de afecto cayó de rodillas y apoyo la cabeza en el regazo de ella. Quien puso sus manos en la cabeza y jugueteó con los cabellos negros.
"Oh, hijo. No puedo decir que no me has lastimado terriblemente. Ser la última en saber, no es lindo."
"Perdón, debí contarlo, solo es que… oh, madre. Lo siento. Soy débil. Soy muy débil y ya no puedo fingir que no."
"Entiendo… Entonces no te pediré que lo seas. Sé tú, o sé como quieras. Pero hagas lo que hagas no te conviertas en tu padre."
"¿Por qué, madre? ¿Es mi padre malo?"
"Malo, no… Tal vez no. Malvado para algunos quizá. Pero tu padre es… ah, bueno. Su pensar es incorrecto en tantas cosas que me partiría el alma verte seguir sus pasos. Es curioso lo mucho que te pareces a él y lo… fácil que se me ha hecho amarte después de todo."
"¿Qué?"
"Nada. Cosas que pienso… Escucha, hijo. ¿Recuerdas ese libro que te solía leer para que te durmieras?"
"Nunca me lo leiste. Robert lo hacía. Se llamaba… eran varios cuentos de los hermanos Green."
"Ah, sí. Es cierto. Tal vez no es tarde para leerte uno esta noche. Después de todo, hay una primevera vez para todo."
Ella se quitó la via del brazo, y tan pronto como pudo e hizo algo que el chico jamás esperó. Tomó a Tyler en brazos y se lo llevó a la habitación de él.
El pelinegro se sorprendió, y vio extrañado como el acontecimiento sucedía. Era curioso. Extraño, pero no desagradable.
"¿Qué cuento te gustaría que leyera?"
"Todos son buenos." Dijo él, ya en la cama.
"Piel de asno entonces. No recuerdo de qué se trataba."
Y se lo leyó, pero fue ella quien primero se quedó dormida por el esfuerzo, Tyler la arropó y durmió a su lado.
Nota:
¡Holi holi! Quiero que sepan que ta tengo escritos el cap 21 y 22 :p asi que por los siguientes dos días tendremos capítulo.
A no ser que:
-se me vaya la luz
-se me vaya el internet
-me enferme
-me muera
-o se me deprima.Espero hayan disfrutado el cap de hoy. El de mañana será un poco más... interesante :p
Estén atentos.By the way.
¿les gusta que publique tan seguido o extrañan me inconsistencia? 😜
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El Genio Malvado
Misteri / ThrillerHenry evalúa su miserable vida en lo que, sin previo aviso, empiezan a pasarle cosas raras. Una historia De MikeFancy, desenfadada, para pasar el rato.