August [Pierre Gasly] *En pausa*

28. baby just say yes

Hannah's POV.
Mónaco, Mónaco.
Junio 25, 2023.

Después de minutos, que parecieron horas por la incertidumbre, Pierre por fin llegó, no del todo bien, pero finalmente estaba aquí.

Verlo entrar al jardín con algunos golpes en la cara hizo que cayera en la realidad.
Realmente era más peligroso de lo que creí.

— Fueron ellos, ¿cierto? — Hice una mueca mientras ponía el hielo en sus múltiples heridas.

El asintió con la cabeza. — Realmente no quieren que luchemos por Alissa. — Se removió ante el tacto frío con su piel.

— ¿Qué les dijiste? — Torcí la boca.

Pierre se encogió de hombros. — La verdad. — Fruncí el ceño confundida. — Que se jodieran y que mi esposa y yo no dejaremos que nos quiten a nuestra hija.

Algo dentro de mi se removió al escuchar "mi esposa".

— No nos quitarán a nuestra bebé. — Aseguré con una sonrisa.

Cuando estaba por responder, Charles se acercó.

— Es hora. — Sonrió con Alissa entre brazos.

Pierre y yo nos miramos con complicidad, con amor, felicidad y hasta miedo.

La boda era sin duda un poco apresurada, si no es que demasiado, pero esto es solo un poco de lo que estamos dispuestos a hacer por nuestra familia, por nosotros, por Alissa y hasta por Kate.

Asentimos al mismo tiempo que entrelazábamos nuestras manos y caminábamos hacia el jardín, donde el juez ya estaba esperando.

— ¿Están listos? — Preguntó el juez mientras nos deteníamos frente a la mesa.

Ambos asentimos con seguridad.

Mi vida estaba a punto de cambiar para siempre, a partir de hoy sería la esposa de Pierre Gasly.
Jamás me imaginé que llegaríamos hasta acá, pero lo hicimos, y sinceramente no tengo idea de cómo pero estoy feliz.

El juez comenzó la lectura mientras mi futuro esposo y yo nos mirábamos de frente, escuchando atentamente cada palabra hasta que llegó nuestro turno de hablar; los votos.

Habíamos acordado que sería él quien empezaría, y así fue.

— Veíamos este día tan lejano, y míranos hoy. — Rió suavemente — Hoy, Hannah Miller, yo Pierre Gasly prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

Sonreí a punto de hablar, pero él siguió.

— No esperabas que solo dijera eso en nuestros votos, ¿o si? — Negué riendo. — Más que eso, prometo amarte cada mañana, aunque tú buen humor dependa de que tanto dormiste la noche anterior. — Soltamos una risa. — Prometo que veré contigo todas las películas románticas que quieras, aunque sea la cuarta vez que quieras verlas. — Mordió su labio nervioso. — No puedo prometer que no habrá días malos, pero aún en ellos me mantendré a tu lado, tomando tu mano y apoyándote.

A este punto mis ojos estaban a nada de ser inundados con lágrimas.

— Prometo amarte inmensamente en todas las formas ahora y para siempre, prometo no olvidar que este es un amor de una vez en la vida y que siempre en la parte más profunda de mi alma, sin importar los retos que vengan, siempre encontraremos el camino de regreso. — Una lagrima rodó por su mejilla. — Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestros. — Finalizó poniendo el anillo en mi dedo.

En el fondo pudimos escuchar como Charles lloraba, lloraba de alegría al igual que Lex.
Y a pesar de que estaban ahí, este momento era nuestro, Pierre y yo éramos únicos aquí, ahora nada más importaba.