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—¡Hola, Jaemin!

Alzo la mirada de mi puesto ante la voz femenina nada parecida a la de Rose o incluso Alice, se trata de Ángela Webber, vistiendo un suéter de lana lila, pantalones sueltos blancos y converse lilas y blancas, además de un lindo cintillo en su cabello; con un brazo sostiene contra su pecho un par de libros de biología, la clase que acaba de terminar, y su mochila grisácea colgada del hombro perteneciente al mismo brazo ocupado. Asiento una vez a modo de devolver el saludo y ella acomoda sus lentes con una sonrisa amigable, Jas a mi lado luce intrigado y curioso por su repentina cercanía. Porque sí, Ángela no comparte las ideas de Swan y Stanley y no les sigue el juego, pero tampoco se ha tomado un momento para compartir con nosotros, por lo que no es de extrañar que resulte rara esta acción suya. Hyuk se aparece detrás de la chica con una mirada inquisitiva y posesiva sobre nosotros, dejando su mochila caer con estruendo, sobresaltando a Ángela.

Qué raro Hyuk celoso.

—Quería preguntarte algo.— vuelvo a fijarme en ella con una mirada inquisitiva, animándola a continuar. Sonríe y asiente una vez antes de hacerlo:— ¿Qué sabes sobre Jacob y Bella?— todos la miramos como si estuviera loca, quiero decir, ¿a qué viene la pregunta? ¿y por qué precisamente me la hace a mí?— No me malinterpretes,— ríe bajo— sólo me llama la atención que Bella se haya recuperado de su estado en el momento en que comenzaron sus visitas a Jacob Black.

Alzo una ceja, aún sin comprender por qué me hace la pregunta precisamente a mí, y no soy el único que se siente así.

—Te lo pregunto a ti, porque Bella se queja a diario de que cada que ella puede ir a visitarlo, tú estás ahí con él.

—¿Y Swan te dijo que cada que ella se aparece yo me voy?— ladeo la cabeza con una mirada en blanco en mis ojos— No sé a qué viene tu pregunta, además del hecho de que sí, a veces estoy en casa de Jacob, pero además de eso, te irás con las manos vacías de esta conversación porque no tengo nada que decir al respecto.

Pero en vez de enojarse o siquiera hacer algún gesto o expresión de enfado e irritación, su sonrisa se suaviza al igual que la mirada en sus ojos.

—Muy bien. Eso corrobora mi pensar sobre ti.— vuelve a soltar una risilla antes de extenderme su mano y decir con su distinguible amabilidad:— Soy Angela Webber.

Miro su mano por un minuto entero, en ningún momento flaquea en su acción, segura de que aceptaré el gesto, y la verdad es que no está muy lejos de la realidad. Por lo que estrecho su mano con la mía y me presento al igual que ella.

—Seremos grandes amigos, Jaemin.




















































Suspiro al sentir besos en mi espalda, me quejo por lo bajo pero al mismo tiempo lo disfruto, caricias en mi cabello me hacen estirar mis brazos hasta que mis manos tocan la cabecera de madera de la cama. Alzo la cabeza de la cómoda y mullida almohada y volteo a mirarlo con mi ceño fruncido y un puchero en mis labios.

—Déjame dormir.

Ríe por lo bajo antes de tirarse encima de mí y hacerme cosquillas a mis costados, río a carcajadas mientras él no para de tocar ese lugar tan sensible, me retuerzo y giramos juntos igual que un carrusel un par de veces.

—¡Jas! ¡P-Para!— pero no se detiene sino que intensifica las cosquillas provocadas en mí— ¡A-Amor! ¡Oppa!

Finalmente se detiene para mirarme con esa amorosa, dulce y cálida mirada en sus ojos que sólo aparece cuando me mira a mí; acerco mi mano a su rostro y con ella acuno su cara, dejando dulces caricias en su mejilla, sonrío de oreja a oreja al no sólo ver con mis propios ojos sino también sentir a través de mi mano cómo esa hermosa y deslumbrante sonrisa suya se extiende por sus labios.

Esos Ojos Me Llaman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora