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—Mi cabeza doler mucho.— sonrío divertido al oírlo, más cuando lo veo, el puchero en sus labios siendo prominente y llamativo.

—¿Quieres una pastilla, dongsaeng?— inquiero al tiempo que saco un blíster de estas del cajón de mi escritorio, mostrándoselo y asiente con necesidad.

—Juro que esa banshee me va dejar sordo, hyung.— se queja, con una mano frotando el costado de su cabeza.

—Dímelo a mí. No sabía que los vampiros podíamos sufrir sordera hasta que ella llegó.

Río bajo por las muecas de ambos, recibiendo sus miradas de fastidio y molestia.

—Ya cálmense. ¿Vamos al río por un poco de paz y tranquilidad?— deslizo mis brazos por sus hombros, medio abrazando a ambos y mirándolos con expectación.

—Por favor.






—¡Ah! Paz y tranquilidad, ¡aleluya!

Alzo una ceja por su dramatismo, pero me abstengo de decir algo, sólo dejándolo ser, viéndolo zambullirse en la frialdad del río, para después salir enchumbado en agua, con una gigante sonrisa en su rostro.

—¿Mejor, dongsaeng?

—¡Mucho, hyung!

Sonrío pequeño y volteo a mirarlo, acostado en el húmedo suelo, con su rostro de cara al brillante sol que hace en este día, su piel brillando igual que una bola disco.

—¿Qué ocurre?— inquiero, sentándome a su lado, sin perder de vista a Hyuk.

Abre sus ambarinos ojos, mirándome, el enigma en ellos presente, para después sentarse de igual manera, desviando sus orbes al pequeño peli naranja frente a nosotros que juega rn el agua en estos momentos.

—Estás consciente de que alguien deberá quedarse con Hyuk ¿no?

Mi ceño se frunce ante esto.

—Sí, lo sé. Yo me quedaré con él.

Me mira un segundo, luego a Hyuk y de vuelta a mí, antes de asentir con la cabeza, una vez, y decir un simple:— Bien.—

—¿Por qué sacas el tema ahora, Jas?— pregunto genuinamente curioso.

—Simple curiosidad.— se encoge de hombros.

Entrecierro mis ojos.

—Jasper...

—No es nada, Jaemin.

—Bien... Cómo quieras.

Cuando, minutos después, Hyuk sale del agua en dirección a nosotros, la conversación no deja mi mente, martilleando en ella, no entendiendo por qué preguntó aquello ni tampoco su actitud. Sí, ya sabía que alguien debería quedarse con él, y aunque quiero pelear contra esos vampiros, me quedaré con Hyuk, es más importante su seguridad que cualquier pelea; además, solo confío la seguridad en otras cinco personas: Jasper, Rosalie, Emmett, Embry y Quil. Sé que los primeros tres querrán participar en la lucha sí o sí, sobretodo Jasper, es más que necesario que lo haga y no haré nada para impedirlo, y el par de licántropos... No les quitaré la oportunidad de aprender, de controlar mejor sus habilidades y sentidos. Prefiero quedarme y yo mismo proteger a mi dongsaeng.

Jasper...

¿Qué te ocurre?







































Sonrío cuando veo el puchero que se forma en su rostro, sintiendo ternura por ese gestito suyo.

—No me mires así, dongsaeng.— riño suavemente cuando acentúa el puchero al colocarle un gorro en su cabecita naranja. Hoy le escogí la ropa a mi dongsaeng, decidiendo por una camiseta color marfil, un par de pantalones caqui ni tan ajustados a como está acostumbrado a usar, tenía blancos y una sudadera de tela gruesa a cuadros escoceses verdes y blancos. Mientras que para mí mismo me fui por una sudadera blanca, un par de pantalones negros ajustados, un par de Vans negras y un abrigo azul niebla sobre la sudadera.

Esos Ojos Me Llaman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora