EL REFUGIO

Capitulo 16

Tras un fuerte sprint, Sam consigue llegar antes que sus amigos a la cafetería que ya le resultaba desagradablemente familiar. La inestabilidad se apodera de nuevo de su cuerpo, las paredes parecen mecerse, apoya su cuerpo contra ella y se sienta sobre el suelo.

Tatum entra junto a su madre y se acercan rápidamente, preocupadas al ver el estado de la joven.

—Sam, estas muy pálida. Debería avisar a una enfermera —dice Sidney inquieta.

Los mellizos la ayudan a ponerse en pie, acercan una silla y la sientan delicadamente. Sam mueve la mano restandole importancia al asunto.

—No hace falta de verdad, seguramente haya sido por la carrera que me he pegado. Después de tantos días en esa cama y los tranquilizantes, estoy segura de que me estan pasando factura.

—¿Seguro que te encuentras bien? —pregunta Danny, a la derecha, junto a Tara.

Trata de poner la mano sobre su mejilla, Sam retrocede queriendo evitar el contacto físico.

—¿Se puede saber dónde estabas?

—Quería saber de qué hablaban esos policías pero, en cuanto una de las enfermeras me vio me dijo...

—No —le detiene y reformula la pregunta—. No me refería ahora. ¿Dónde estabas aquella noche, Danny? Salí a buscarte después de que Sidney abandonara la casa, y para mi sorpresa tú no estabas en tu puesto.

—Vi a ese cabron meterse por la parte trasera del jardín. Así que fui por el otro lado para cortarle el paso, cuando llegue allí, él no estaba...

Quedaba claro que había contado esta historia más de una vez por su tono cansado y las miradas de los demás, sin embargo Sam no terminaba por confiar del todo en su palabra, es cierto que había demostrado con anterioridad su inocencia, pero todo vuelve siempre a su punto de partida.

—Te creo —miente—. Bueno y que queríais decirme antes cuando mencionaste a Jill Roberts.

Kirby se acerca curiosa y se sienta cerca de las dos mujeres.

—No sé hasta qué punto habéis leído los libros de Gail, así que por si no estáis informados os hare un pequeño resumen —coge aire con pesar y prosigue—. Jill quería hacer un remake de mi historia, esta vez siendo ella la víctima, la protagonista, mato a todos sus amigos, bueno... casi todos, aunque ese último "error" no fue cosa de ella —empuja el hombro de Kirby en un intento de animarla cuando ve su cara larga—. Después de que me apuñalara, termine en este mismo hospital, a ella la trasladaron aquí también por las heridas que se auto infligió, me dio por muerta, pero entonces Dewey le conto que era posible que yo sobreviviera.

—Déjame adivinar, se volvió totalmente loca y fue a buscarte —añade Sam.

—Correcto. Se coló en mi habitación, aprovechando que no había nadie en las proximidades. Intento ahogarme, me tiro de la cama, me golpeo sobre los puntos, básicamente trato de matarme de nuevo. Al final con la ayuda de Gail, conseguimos distraerla, acabando con el último Ghostface de 2011 que quedaba en pie.

Martha recibe una llamada, se disculpa con todos y sale un momento de la cafetería.

—Por eso te dije que no eras en absoluto como ella, podrías haber intentado matarme si quisieras, sé que tienes más fiereza que ella. Y cuando me viste, era como si un gran alivio se hubiera apoderado de ti.

—Quedando claro que no eres ni la mitad de enferma mental que ellos, tu eres buena Sam —agrega Gail, el grupo entero asienten de acuerdo con sus palabras.

—O quizás soy una actriz de la ostia y solo estoy fingiendo para poder mover las fichas de esta historia a mi favor —dice con un tono psicópata, ve como la niña se tensa a su lado y deja el juego de lado—. Solo bromeaba, no voy a hacer daño a nadie, no soy como el... como ellos —explica de forma nerviosa.