Capitulo 20

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Nada más entran por la puerta de urgencias, una voz los recibe desde el pasillo, abriéndose paso hacia ellos a toda velocidad.

—Al final voy a terminar poniendote un maldito localizador al tobillo —gruñe Sidney.

—Simplemente necesitaba algo de espacio, por otro lado tienes razón, debí avisaros, lo siento.

Sam aparta la mirada y Sidney pisa el pie de la joven levemente con la rueda de la silla, provocándole un quejido lastimero mientras se frota el pie cómicamente.

—Oye, ten cuidado con mi nieta. Creo que ya ha tenido bastante por hoy —protesta Hank sonriente, poniéndose al lado de ella—. Me alegra ver que sigues entre nosotros, te aseguro que ese desgraciado recibirá su merecido por lo que te hizo.

La joven siente como se le forma un nudo en la garganta, traga saliva con dificultad y mira con ojos angustiados a su nueva compañera de aventuras. Tenía temor de que su abuelo averiguara la verdad, de que viera el verdadero monstruo que era su descendiente...

—No han podido conmigo nueve malditos Ghostface conmigo a lo largo de estos 25 años, ¿crees que lo harán ahora? —sonríe, desviando el tema—. Mark ha hablado con la policia y me ha contado lo ocurrido, espero que no estés pensando en volver allí.

Los mayores se enfrascan en una conversación que no le resultaba en absoluto productiva. Ella no había conseguido hacerle entrar en razón para que abandonara su hogar, pero quizás después de lo ocurrido y con la palabra de Sidney recapacitara ante ello.

La joven se sienta en una de las sillas de plástico y gime de dolor al sentir como la tela se enrolla y apreta alrededor de la herida. Una enfermera se aleja con su abuelo, seguida de Sidney y su marido.

Kirby mira su móvil y gruñe en silencio.

—Sam, tengo que salir un momento... ¿Puedo confiar en que no te escaparas?

—¿Y a donde podría ir? No estoy en las mejores condiciones para largarme —refunfuña mientras pone los ojos en blanco.

—Perdona, no pretendía presionarte. Solo quiero protegerte —hace una llamada y mientras se aleja por el pasillo, susurra—. Vuelvo en 5.

Sam asiente desganada, a la vez que mira aburrida la máquina de comida que tenía delante. No había probado bocado en horas y la verdad es que su cuerpo sentía la necesidad de llevarse algo dulce al estómago.

Se acerca hasta la máquina, echa un par de monedas, pulsa la enumeración A43 esperando que cayera una chocolatina. Todo parece ir correctamente, pero el dulce se queda entre la barra y el cristal.

—¿Estas de coña verdad? Tú te vienes conmigo como sea —observa a su alrededor asegurándose de que no la viera nadie y golpea el lateral con fuerza, provocando que cayera—. ¡Te tengo!

En cuatro bocados termina con ella, tira el envoltorio, marca otra enumeración en el panel y saca un café con leche. Para su desgracia, la bebida estaba demasiado caliente, aun asi no tenía ninguna prisa por beberla.

No parecía haber demasiada gente en la sala, sin embargo las consultas no iban precisamente rápidas. Mira la hora en su móvil y se sorprende al ver que habían pasado más de cinco minutos y Kirby seguía sin volver. No había señales de ella, de nadie... Ni una llamada, ni un mensaje.

Marca el número de Danny con la esperanza de tener un resultado totalmente diferente a la vez anterior, sin embargo suena el mismo mensaje repetitivo.

Abre el grupo de chat y escribe en el tratando de descubrir alguna novedad:

-Hola, chicos. ¿Cómo va todo por NY? S.

EL REFUGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora