Anastasia se limitó a verlo partir, con su mano en el hombro, donde hace solo unos segundos él la había sujetado, una pequeña lágrima corrió por sus mejillas, aquellas mejillas que mostraban un claro envejecimiento.
En la mente de Anastasia solo se...
Me encontraba sola mirando por la ventana como había estado haciendo los últimos días, todo seguía con tanta tranquilidad, aunque con un cambio muy extraño en la forma de ser de todos en el Ducado. No es que me quejara, pero me hizo caer en cuenta de que nunca me tome el tiempo para conocer a mi propia familia.
Mi padre, el Gran Duque, procuraba acabar su trabajo lo más temprano posible para poder tomar el té con mi madre y por supuesto conmigo, se podía ver un profundo amor en sus ojos que nunca vislumbre en "mi vida pasada" ¿Es esto un buen matrimonio?, No, esto realmente es amor.
Era incapaz de no mirar aquellos "recuerdos" y compararlos con el ahora sintiendo tanta desesperación, las noches son terriblemente dolorosas porque caigo en un mar de escenas difíciles de una vida que ni siquiera llego a entender si viví. Un nudo se formó en mi garganta mientras que cada poro de mi piel se paralizaba al renombrar todo.
«¿Qué se supone que debo hacer para seguir viviendo?»
Tal vez aquello era una clase de advertencia para que yo cambiara mi forma de ser o para que renunciara a él... No, si hay algo que no puedo hacer es dejar mis sentimientos por Aarón. Aquella Anastasia fue débil ante las consecuencias de sus actos, pero no tendría por qué ser igual, ya había una ventaja que podía usar y era saber qué ocurriría, con un poco de suerte e inteligencia podría lograr que algo cambiase completamente a mi favor... Podría conseguir su amor.
Miré a lo lejos y pude notar su silueta haciéndome sentir culpable, ¿Qué diablos te estás imaginando? No he logrado acercarme a él desde que llego al territorio por todo lo que hay dentro de mi corazón y ahora estoy tratando de pensar que podría vivir otra vez a su lado, me reí ante mi ingenuidad.
Aarón fue un hombre amable, nunca me golpeo ni hizo algún comentario negativo hacia mí, si tan solo me hubiera amado un poco, ¿A dónde se fueron todos esos sentimientos que tenía cuando nos comprometimos? Si las cosas son como anteriormente, apenas llevamos tres meses de haber formalizado nuestra relación, ¿Cuándo cambio todo?
El próximo año... solté la taza de té que sostenía con delicadeza y manché gran parte de mi vestido, si todo era real, el próximo año está predestinada la muerte de Theodosia. Estoy segura de que fue allí cuando cambio todo, durante varios años nos preparamos para una despedida inesperada, pero fue más difícil cuando llego el momento... ¿Cómo había pasado? Lo único que venía a mi mente era la escena de su funeral, todos preguntaban cómo se sentía Theodosia en sus últimos momentos alegando que yo fui la última persona que la vio con vida, pero no sé si fue por la impresión de perder a mi amiga que no logro recordar ese último instante a su lado.
Me levanté y caminé hacia el espejo que vi cuando apenas había despertado del estado inconsciente en el que me encontraba, todavía no me acostumbraba a ese reflejo joven que para mí había dejado de existir mucho tiempo atrás.
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«¿Los sueños llegan a ser así de reales?»
Tantas dudas y tantos momentos y este reflejo era la prueba de que las cosas habían cambiado, si hubiera muerto por lo menos no me preocuparía por saber a donde tengo que ir, no tendría la intriga y el miedo de pensar que la felicidad que ahora estoy sintiendo podría acabar en cualquier momento. Rompí nuevamente el espejo recordando como fue aquella vez que me encontré con la muerte, si tan solo el dolor acabara de una forma súbita, si solo yo pudiese dejar de llorar y encontrar el camino.
«¿Debería pedir ayuda? ¿No creerán que me he vuelto loca?»
—Joven princesa, ¿se encuentra bien?, escuche un ruido extraño —dijo Emilia (una de mis doncellas) al otro lado de la puerta.
Me tiré en la cama y dudé por unos minutos, entonces respondí —Emilia, puedes pasar, necesito de tu ayuda.
La joven criada hecho un grito al ver el espejo roto y la sangre, parecía que mi mano se lastimó por romper el espejo.
—Traeré al doctor ensegui...
Antes de que pudiese decir algo más me negué con la cabeza y le señale uno de mis cajones donde había vendas, lo menos que quería en este momento era volver a preocupar a todos por algo tan impulsivo.
No había terminado de entenderme a mí misma, sentía culpa, rencor, miedo, desesperación, tenía preguntas y ni una sola respuesta, pero comprendía que de ahora en adelante... Nada sería igual...