Theodosia había pasado toda la noche en vela tratando de procesar lo que había ocurrido, de alguna manera no estaba lista para dejar ir sus sentimientos, aunque tarde o temprano ella acabaría por marchitarse. Estaba cansada de fingir que no dolía, quería gritar por todos lados su anhelo de vivir para que así la diosa escuchase su deseo y lo cumpliera, pero eso solo causaría lástima y era un trato que no soportaba de los demás, tal vez por eso se hizo amiga de Anastasia...
Año Imperial 1504
Una pequeña niña hacía su entrada al banquete por el cumpleaños del emperador Nerón III, todos volteaban a ver con dulzura a la pequeña, aunque detrás de esas sonrisas se ocultaban pensamientos retorcidos de una nobleza hipócrita.
"No tiene caso ser tan linda si morirá joven"
Theodosia era una niña amable y de buen corazón, pero eso estaba de más cuando se quedaban impactados por su apariencia. Era una especie de "belleza angelical", cabello castaño con pequeños destellos rubios, unos ojos grandes color rosa pastel y unos labios rojos muy finos. Sin duda era algo que envidiar pese a su corta edad, pero ¿valía la pena tener todo eso si su esperanza de vida era tan corta?
De pronto alguien empujo a Theodosia fuertemente y esta accidentalmente derramo su bebida en el vestido de otra pequeña, aquella niña miro con cuidado su vestido, tal vez tratando de analizar cómo reaccionar. Tenía un cabello ondulado color negro adornado con piedras preciosas que resaltaban con el brillo de sus afilados ojos celestes que la miraban seriamente y un vestido azul que llevaba el escudo del Ducado Winter.
—Y bien, ¿Cuándo se piensa disculpar? —pronuncio Anastasia, mostrando la misma tranquilidad de hace un momento.
—bueno... yo... ¿Sabes quién soy? —respondió Theodosia algo desconcertada.
—Eres de la familia de Vita, ¿no es así?
—Princesa, ella es la enferma... —murmuro una dama detrás de Anastasia. Por la conmoción se empezaba a sumar más gente que se acercaba siendo movida por el morbo. Theodosia solo miraba temerosa, nunca se había sentido así.
—¿Y eso que tiene que ver?, ¿Acaso tiene una incapacidad mental?, todos estamos destinados a eso... —respondió seriamente —Princesa estaré esperando su disculpa —Anastasia se dio la vuelta y se fue al jardín, dejando sola a Theodosia.
Pasaron varios minutos hasta que la inexperta princesa proceso todo lo que había pasado, normalmente al cometer un error ella recibía las disculpas y escuchaba comentarios mal intencionados después, pero ahora la habían reprendido, era como una experiencia nueva.
—"Lo lamento, soy la princesa Theodosia del ducado de Vita y le he mostrado un lado vergonzoso de mi familia, espero me dé la oportunidad de redimirme"
—No necesito que me des el discurso que viene en los libros —respondió Anastasia con una sonrisa —Me alegro de que seas así de fuerte...
Los años pasaron y su amistad floreció, dos jóvenes hermosas que eran inseparables, ahora no podían verse. Theodosia tenía ya tantas preguntas, incluso con lo poco que había visto ayer había bastado para preocuparse por la salud de su amiga, por lo menos hubiera estado bien despedirse de su amiga, pero no había tenido la oportunidad. Se inclinó y pasó una carta por debajo de la puerta de aquella habitación donde se encontraba la que consideraba su propia hermana.
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Bajo tu Sombra
FantasyAnastasia se limitó a verlo partir, con su mano en el hombro, donde hace solo unos segundos él la había sujetado, una pequeña lágrima corrió por sus mejillas, aquellas mejillas que mostraban un claro envejecimiento. En la mente de Anastasia solo se...