MILENIOS ATRAS
~POV ANGELA~
-Ángela... quédate conmigo siempre, por toda nuestra inmortalidad.-Me decía eso mientras caminábamos agarrados de la mano por el lago de agua cristalina.
Ya habían pasado dos meses después de eso... y bueno, empezamos a salir, por supuesto que las miradas que de por sí ya eran malas se volvieron peores, la verdad no me importaba demasiado lo que me dijeran aquí, lo que me preocupaba era que dirían los del paraíso... ellos son mi familia.
-Ángela...
-Si?.-parecía que me quería decir algo pero al parecer le costaba trabajo decirlo.
-T...te am...amo.- si, esas palabras costaron que salgan pero por fin las dijo, me emocione, lo abrace y nos besamos apasionadamente.
Y finalmente el amor llego hasta en el corazón más oscuro puesto que si El, que fue creado por el mismo Dios lleno de amor y sabiduría, tenía alguna vez que sentirlo
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Todos estaban reunidos para aquella boda infernal tan importante, la más importante de todo el infierno, y aunque a la mayoría de todos los reunidos no estaban de acuerdo con aquello pues no tenían voto alguno para poder oponerse puesto que el mayor era el que se casaba con aquella mujer tan misteriosa que había llegado hace unos meses.
Estaban en la parte final que consistía en que ambos, ella y él, tenían que cortarse la mano y juntar la sangre que brotara, en una copa de oro y así la sangre mezclada ambos la tienen que beber para así estar malditamente casados por toda su eternidad, y si se preguntan sobre que pasara con la sangre dorada de ella puesto que es un ángel, pues el diamante que se puso antes de venir, le cambio todo, puesto que si un ángel traicionaba se volvería uno de ellos, puesto que "el mayor" también fue uno, pero cuando traicionó a Dios todo en él cambió hasta su aroma y eso les pasa a los ángeles traicioneros.
El primero en hacer el ritual es él, agarra una daga y con aquel filo corta la palma de su mano y sangre oscura empieza brotar, ahora le toca a ella, Ángela agarra la daga y corta la palma de su mano. Así, gota por gota caen a la copa, la sangre se va mezclando lentamente y la primera en beber es ella, agarra la copa entre sus manos y millones de pensamientos pasan por su cabeza... "No puedo hacerlo, aunque lo ame no puedo" "La Misión..." "La sociedad de Ángeles" "Mi hermana...", sin pensarlo más comenzó a beber, tenía un sabor raro pero no era desagradable, bebió hasta las mitad y segundo después él se encontraba bebiendo, y así ambos quedarían unidos por la eternidad, ambos queriéndose, deseándose, amándose...
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ANGELA LUCKMAN
Me encontraba a punto de pasar la línea que separaba el paraíso con el infierno, la verdad no había casi nada que lo separase, solo un árbol que se dividía en dos, la mitad tenia manzanas doradas y la otra eran manzanas rojas y jugosas que tenían la tentación de comerlas, como ya sabía por instintos de ni siquiera tocarlas, así que antes de que la tentación cayese sobre mí me aparte rápidamente y me dirigí hacia el palacio celestial, al cruzar por esa puerta vino Julio hacia mí con una seriedad que mataba.
-Que haces aquí!!.- se atrevió a gritarme como nunca antes.
-Que... que te pasa?
-Te casas con el mayor, se supone que no debíamos enterarnos?, todos aquí ya lo saben!!!.- lo próximo que me impacto fue una cachetada sobre mi mejilla.
-Pero que te pasa imbécil!!.
-Solo tienes una opción, o te quedas y te perdonamos por todos los pecados que cometiste, o te vas y no regresas NUNCA...