¿Mi competencia?

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Alan...

La campana de la libertad suena. Comienzo a recoger mis libros y los meto como sea en la mochila.

-Woho viejo. La tendrás dura este año ¿cierto?-me dice Miguel. Un idiota de mis compañeros.

-Yo siempre la tengo dura-le contesto pervertidamente y siento un golpe en la nuca.

Es la profesora Karina.

-Créame que ni a mí ni a nadie le interesa como este su organismo el resto del año-se me sale una risita y me rasco la nuca donde me pego mientras me muerdo el labio tratando de no carcajearme enfrente de la maestra. Se escuchan los fuertes alaridos de mis compañeros y las risitas coquetas de más de una chica.

¿Que si soy guapo? Lo soy.

Aunque no le dé demasiada importancia. Antes lo utilizaba para mi beneficio. Sabía muy bien la reacción que provocaba en la gente. Pero desde que me comencé a juntar con Katy y Ruby, perdí ese interés. Ahora lucharía por lo que quería. Bueno no siempre, pero tal vez la mayoría de las veces, me esforzaría.

-Eso no es lo que a mí me contaron-le hace segunda Mario.

-¿Quién te ha dicho esa vil mentira?-Volteo a ver discretamente al escritorio y aun veo a la profesora apilando sus cosas.

-Una pajarita muy sexy que se hace llamar Carolina-me contesta Mario. Carajo. Muchas cosas que me desagradan de ella, pero esta es el límite. Es a veces muy bocona-. Dice que no te levantas ni con viagra-nuevamente vuelven a soltar alaridos.

-Ya Mario-lo calla Miguel-. Hablo enserio. Todas las chicas de la escuela andan hablando de un dios griego que acaba de entrar a la escuela.

-Y lo del dios griego, ¿lo dicen las chicas, o tu puto?-molesta nuevamente Mario. Comienza a reírse como si estuvieran golpeando a un perro. Tuerzo el gesto al escucharlo. La maestra se acerca detrás y ahora a él es a quien le suelta un librazo en la nuca.

-Es la última vez que les pediré respeto ante mi presencia-nos reprende la maestra y después me mira a mí, como aclarándome que si, también se refiere a mí.

-Naaah son puras patrañas Miguel. Ya verás.

-Yo solo digo que por si te llega a quitar a tu chica-Mario suelta una gran risotada, listo para volver a agredir, pero la profesora carraspea fuertemente, así que se calla.

-No lo lograra-le contesto y le sonrió. No me refiero a Carolina. Agradecería a los dioses estrella si me hiciera el favor de que terminara conmigo. A quien me refiero es a Katherine. Mi mejor amiga.

Al principio cuando la conocí se me hacia una chica de lo más normal. No estaba atraída hacia mí, lo cual fue un verdadero alivio, ya que era mi amiga. Cuando la empecé a conocer más descubrí lo fuerte que era. Ya que tenía problemas muy fuertes en su casa.

Su madre siempre se emborrachaba hasta perder el sentido, y el día que estaba menos ebria, cuando no perdía sus cinco sentidos, le gritaba mil cosas a Katherine que me daban ganas de entrar a su casa y llevármela lejos, al menos por una noche para que se olvidara de todo. Luego tenía un papá ausente que no sabía absolutamente nada de su familia.

Sabía que esa era su casa solo porqué quería descansar en ella.

Lo sabía por todas las veces que lo escuchaba gritar. "¡Quiero descansar en mi maldita casa!". Y una hermana que estaba quien sabe dónde trabajando como doctora. Nunca se comunicaba con ella, por lo que me conto Ruby. Ya hace cinco o seis años que se había ido.

Estaba sola. Pero ya no más; llegaría el momento que estaría con ella.

-No. Solo tienes que apretar este o si no lo vas a...-Katy se empezó a reír mientras veía como las letras rojas que decían GAME OVER aparecían en la pantalla.

Te voy a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora