¿Así se llama?

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Alan...

Después del último mensaje que le mando en donde le digo algo que he querido decirle desde hace mucho, no me contesta, aparece como desconectada.

No, no lo dejare así. No perderé a mi amiga por estupideces. "No son estupideces. La llamaste Puta a tu mejor amiga. Ella tiene todo el derecho de retirarte la palabra" me dice una vocecita en mi cabeza, y ciertamente tiene razón. Pero como el ser humano que soy no le hago caso y sigo a mi estupidez y al miedo. Al miedo de perderla por haber sido un completo imbécil con ella.

Le marco a su celular, pero no me contesta.

Me canso de intentar y me quedo dormido.

A la mañana siguiente ya la estoy esperando afuera de mi casa.

--Katy tenemos que hablar--me acerco a ella, pero no se detiene. Sigue caminando hacia la parada del semáforo como de costumbre.

--Katy lo lamento, no fue mi intención decirte eso, es solo que necesito a mi mejor amiga. Quiero contarle algo importante --le miento. Aunque si le contara que he estado enamorado de ella por un largo tiempo no sería una mentira. No me hace caso y sigue caminando, así que la sigo.

Se detiene en el semáforo y por fin me voltea a ver--No hace falta que me digas que ya no eres virgen. Lo escuche todo--me quedo paralizado. Todo este tiempo me ha escuchado--. Claro que te ha escuchado imbécil. Así como tú la escuchas llorar, ella te escucha gemir--nuevamente la vocecita me vuelve a reprender.

--Por favor no te comportes así--le digo y doy un paso y veo en su mirada la furia de cuando la separe de Ruby.

--Yo no lo provoque Alan y si me permites me tengo que ir--me dice con una sonrisa en su boca. Mi competencia esta estacionado a nuestro lado y yo de tan adolorido que estoy, no me doy cuenta que por eso era que ella sonreía.

--Que tal--me saluda y le tiende un casco y ella lo toma y se besan. Siento una llaga enorme abrirse en mi pecho, y siento que me falta la respiración. Sus labios están juntos. Después se sube a la moto detrás de él.

--Tú no eres esto Katherine. Te conozco--le digo mirándola a sus azules ojos. Suplicándole con la mirada de que no se valla con él. Qué no lo escoja a él, ni a ninguno más que no sea a mí.

--Por favor Alan, no digas que me conoces.

--Si, si te conozco y sé que solo estas con él para olvidar tus problemas--se me sale y me maldigo internamente.

Ella suelta una risita de ironía. Eso me enfurece. Ahora se burla de mí.

--Solo una cosa. No te metas en mi vida--me dice y le da una apretón a...--. Vamos Sebastián--y se van.

Sebastián. Así que ese era el nombre de a quien yo llamaba Mi competencia. Qué ni siquiera fue competencia, ya que yo no estaba en los planes de ella, como ella estaba en mi plan entero.

Sebastián había sido el que me había quitado a la única chica que amaba en un grado sentimental, de cuerpo y de alma. Me la había quitado--. ¿Pero cómo es que te quita algo que nunca tuviste? -- me pregunta mi conciencia y la mando al carajo.

Te voy a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora