Katherine...
Cuando llegue a la escuela Alan estaba hablando con Carolina. Ella tenía sus manos agarradas y el parecía estar escuchando con atención, así que no los quise molestar. Me metí al salón en la cual me tocaba la primera clase. Sentada yo sola... eso me dio tiempo de pensar y era lo que menos quería hacer. Mire por la ventana y vi un hermoso día. Hacía calor y el cielo estaba azul, un lindo azul, los pajaritos cantaban y alguien me estaba obstruyendo la vista.
--Hola--me saludo muy alegremente Sebastián.
--Hola--le conteste pero más como una afirmación sonó como una pregunta.
--¿Puedo sentarme? --me pregunta señalando la banca de al lado. Sabía que de algún día odiaría estas mesas compartidas. Y este era el día. De tantos estudiantes en la maldita escuela, me fue a tocar él.
--Claro--me removí en mi banca de manera que no quedara viéndolo directamente.
--Cuéntame, ¿qué haces tú aquí en un lugar como este? --lo mire sorprendida de lo idiota que era.
--Tal vez porque es la escuela--solté un pequeño bufido de exasperación. Una regla más. No siempre puedes tener todo. O belleza, o inteligencia.
--No me refería a eso. Me refería a que como es que, sin ofender, vienes a una escuela de niños riquillos cuando no se te nota en lo absoluto, sin ofender, ser una niña Barbie como las demás. Ayer hice el descubrimiento del año.
--No me digas--le solté una risita y una sonrisa de sarcasmo--. Descubriste que eres un idiota.
Se llevó la mano al pecho como si le hubiera dado un golpe en el corazón--. Ahuché. No, no fue eso. Fue que me di cuenta que eres diferente totalmente a tu amiga. A primera vista se parecen pero si te fijas en su comportamiento y en el tuyo, descubres que son polos opuestos--me quede callada un momento procesando lo que me había dicho. Primera persona aparte de Alan que se atrevía a decírmelo. Le sonreí y le perdone lo de querer ser otra persona, tal vez falto que le diera una segunda oportunidad.
--Polos opuestos se atraen--le respondí encogiéndome de hombros--. Cuéntame--lo imite en el entusiasmo cuando él me pregunto--. ¿Qué hace una persona como tú en esta escuela?
--Vaya, tu boca puede producir más cosas además de insultos--esta vez fue mi turno de llevar mi mano al pecho.
--Ahuché. Si lo lamento, creí que eras uno de los demás.
--¿Uno de los demás?
--Sip, el típico chico guapo, artificial que se creí invencible, por el dinero de papi y la mejor creación del universo...
--Un idiota súper sexy y ardiente dios rico--me interrumpió sonriendo--, eso creías que era--me quede callada.
--Si eso mismo--cambia su mirada de mis ojos hacia la puerta. Una mirada hacia el frente y sonríe con satisfacción y entendí por qué. Había afirmado que era sexy y caliente. Rápido negué con la cabeza.
--Solo un idiota, yo no creo que seas súper sexy y ardiente, y mucho menos un dios.
Se rio y después me dio risa a mí también. Las mal interpretaciones por no prestar atención. Entra Carolina al salón y detrás de ella Alan. Cuando pasa por mi lado con sus caderas tira mi mochila que estaba sobre la mesa, haciendo que mis cosas se salieran. Sebastián se levantó rápido y las comenzó a recoger. Levante mi vista para fulminar a Carolina con la mirada, pero estaba agarrada del brazo a Alan como si nada hubiera pasado, eso quería decir que si habían regresado, pero eso no me llamo la atención. A quien estaban fulminando con la mirada era a Sebastián, Alan lo miraba con tal intensidad que me hizo recordar la broma que tal vez no fue tan broma, sobre que él era su competencia. ¿Tan a pecho se lo tomaría Alan?
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Te voy a enamorar
Teen FictionKaty es una chica con muchos problemas, Alan es un chico que se enamora de la persona equivocada, y hace las cosas equivocadas. Una pequeña historia de secretos y malas decisiones.