¿Ella una zorra?

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Alan...

A las siete de la noche estoy con papá en el sillón viendo un partido de la NFL, mientras mamá está sentada a un lado de nosotros cociendo una camisa de papá. De repente tocan la puerta y ella se levanta a abrir.

--Hola señora Rosendi. ¿Se encontrará Alan?--reconozco la acaramelada voz, así que me levanto del sillón. Mamá se gira hacia mí y me sonríe.

--Te buscan--dejo escapara un suspiro largo y salgo. Ella está ahí y lleva una gabardina blanca que le llega hasta la media pantorrilla y unas botas negras de tacón de aguja largas. Lleva la melena recogida en un moño y me sonríe en con sus labios color fresa y brillosos.

--Caro. Pasa--la invito y ella niega aun con la sonrisa en su boca. Se abre un poco la gabardina mostrándome que no lleva nada más que su ropa interior.

Me atraganto y comienzo a toser. Ella suelta una risita.

--Amm...espera--sierro la puerta y me dirijo a mis papás--¿Puedo subir con Carolina a mi cuarto?--ambos dejan de hacer lo que hacían y me miran. Luego se ríen.

--Hijo tienes dieciocho años. Claro que puedes--me dice mamá y después sigue cociendo.

--Solo deja la puerta abierta--me dice papá seriamente después de regresar la vista al televisor. Esperaba que la respuesta fuera no. Así me zafaría de ella, pero al menos no podrá pasar nada ya que la puerta estará abierta.

Vuelvo a abrir la puerta y ella sigue ahí con su sonrisa color fresa. La invito a pasar y la dirijo hacia arriba a mi habitación.

Cuando entramos ella cierra mi puerta. Niego con la cabeza, pero ella se me adelanta antes de que pueda decir algo y me comienza a besar.

Mis instintos de hombre me fallan y le comienzo a seguir el juego. La sigo besando y le meto las manos en su cabello de forma que su moño se comienza a desarmar. Enreda sus piernas en mi cintura. Comienzo a retroceder hasta que siento la cama detrás de mis pies y me dejo caer.

Ella se sube encima de mí y se desabrocha la gabardina quedando solo en su ropa interior. Bragas y sostén blanco de encaje.

Suelto un silbido y ella sonríe con satisfacción. Nuevamente nos comenzamos a besar y ella comienza a quitarme la playera por la cabeza. La ayudo y la aviento para que termine con su gabardina. Pasa lentamente una uña por el tatuaje que tengo en el pecho: Su siguiente meta es el pantalón y lo logra dejándonos solamente en ropa interior.

Comienza a frotar sus caderas con las mías y comienzo a sentir como mi amiguito comienza a despertar. Ella se ríe satisfactoriamente, mientras me susurra entre besos:--Esta noche me vas a escuchar más que nunca--escuchar, Katy. Eso hace que me detenga rápidamente. La agarro de los brazos y la bajo de encima de mí. Me levanto rápido y me pongo los pantalones.

--¿Que carajos?--me dice ella sorprendida aun en ropa interior. Recojo la playera y me la pongo.

--Mis padres están abajo--le contesto. Recojo su gabardina y se la tiendo. Me la arrebata y se la pone. Cuando ya la tiene cerrada abro mi puerta.

--Bien, pues entonces vallamos a un Hotel--me dice despreocupadamente deshaciéndose el moño que ha quedado todo arruinado. Se deja la melena suelta.

--No puedo--me mira por un largo tiempo y después se hecha a reír y sale del cuarto echando humo por las orejas metafóricamente. No quisiera seguirla, pero sé que si no lo hago hará un desplante frente a mis padres, y es lo que menos quiero. Sale por la puerta delantera sin despedirse, mis padres no la toman en cuenta, y mucho menos mamá que ya conoce su genio. Salgo tras ella. Se detiene al pie de las escaleras.

Te voy a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora