Capítulo 11 🥀 Amore

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— Es tu hija — insisto

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— Es tu hija — insisto.

— La misma que tiene que sentarse en esta silla — contesta Piero sin levantar la vista del ordenador —, amore, nuestra hija ha demostrado ser demasiado inmadura para que confíe en ella.

— Está más que capacitada para...

— Ha traído a sus amigos, como si las amenazas fueran una broma — me interrumpe mientras aprieta la mandíbula conteniendo la rabia —, como si esto fuera un patio de colegio.

— Leo también es tu amigo y trabajas con él mano a mano.

— Nuestros padres trabajaban juntos, y eso nos llevó a esto. No puedes compararlo, no puedes compararlo con dos críos recién graduados, que nunca han tocado un arma.

Aprieto el puño, tratando de contener las ganas de gritar, de hacerle entender que está entrenando a nuestra hija como a uno de sus hombres.

— El amor de un padre debería estar por encima de cualquier trabajo — concluyo, antes de salir del despacho, evitando discutir.

Lo amo como nunca he amado a nadie, pero que no sea capaz de reunirse con nuestra hija para explicarle los riesgos reales de la amenaza que tenemos encima hace que quiera irme lejos, con ella.

Toda esta guerra comenzó por la noticia que dio Piero, Alessia sería la futura líder, una mujer, algo que no agradó a la Bratva. Son unos animales, se comportan como tales, y su mentalidad también funciona de esa manera.

Voy directa a mi habitación para preparar la maleta, no es una huida, son unas vacaciones merecidas en la cabaña de mi familia. Necesito ir a un lugar sin cobertura, perdido, relajarme.

 Apoyé a Piero desde que lo conocí, me enamoré a primera vista, por así decirlo, y él pasó meses tratando de conquistarme.

Digo "tratando" porque obviamente tuve que hacerme la dura, aunque estaba locamente enamorada de él desde el primer momento en que puso esos ojos azules sobre mí.

— ¿Mamá? — Alessia se asoma por la puerta de la habitación, con cuidado, comprobando que no moleste.

Es preciosa, siempre me ha parecido imposible que alguien así salga de mí.

Una belleza arrolladora, siempre que camina por las calles de Italia atrae las miradas de todos los chicos. Una belleza igual de grande que su corazón, que espero que algún día vuelva a mostrar a alguien.

— Pasa — respondo con una sonrisa mientras me siento en la cama, indicándole que se me una.

— ¿Sabes algo de Nico y Lorenzo? — pregunta mientras se sienta a mi lado.

— Tu padre dice que se han adaptado bien. — Sujeto su mano, acariciando el dorso con el pulgar —. Estoy segura de que si hablas con él...

— Me contará otra verdad a medias — me interrumpe —, no quiero esto... no quiero ser la líder de un grupo de...

LORETO © COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora