Capítulo 24 🥀 Sólnishko

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— Este frío es insoportable — gruño cruzando los brazos

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— Este frío es insoportable — gruño cruzando los brazos.

— Tú quisiste dar un paseo — responde Alek —, a mí tampoco me entusiasma estar aquí afuera.

— ¿Y qué harías si no estuviéramos aquí? No creo que seas de los que pasan el día en el sofá con una taza de chocolate caliente y viendo películas...

— Trabajar — responde caminando a mi lado.

— ¿Nunca descansas? — pregunto, apartando la nieve de uno de los bancos.

— No — responde, deteniéndose frente a mí.

— ¿Tampoco hablas mucho?

— Sigues siendo nuestra prisionera — dice fríamente, y de repente me quedo completamente callada, volviendo a enfrentar la realidad.

He pasado toda la tarde hablando con él, a pesar de que no responda la mayor parte del tiempo, me siento cómoda así. A veces se me olvida que en cualquier momento podrían ordenarle que me mate, y estoy segura de que lo haría.

— Hoy debes tomar una decisión — dice finalmente.

— Sí, me lo han explicado — respondo con un suspiro.

La mujer encargada de vestirme, cuyo nombre desconozco, me ha estado informando toda la mañana de que hoy debo elegir a uno de los hombres. Si no elijo, el Vor dará la orden de que me ejecuten.

— Deberías estar preparándote.

— ¿De verdad crees que esto es humano? — pregunto.

— Creo que vuestro rito de iniciación es aún más salvaje que esto — responde —. Cada uno de nosotros ha sido criado según lo que consideramos correcto.

— Nosotros lo hacemos para demostrar lealtad.

— Nosotros juramos lealtad desde que nos hacen el tatuaje. El honor y la lealtad a la Bratva están por encima de todo — responde —. Pero también juramos dar nuestra vida por la mujer que amamos, y eso es lo que se demuestra ahí.

— ¿Amor? — me rio —, ni siquiera me conocen. Me exhibí como una puta para que no me mataran.

— Hiciste el espectáculo que consideraste necesario, podrías haber hablado con cualquier hombre, haber hecho el esfuerzo de conocerlo.

— ¿De verdad lo dices? — Me levanto y me pongo frente a él —. ¿Crees que lo que hacen ahí es realmente digno para una mujer?

— ¿Es digno que en toda la historia de la mafia italiana ninguna mujer haya gobernado? ¿Que tu propia familia haya entrado en guerra por poner a una mujer al mando?

— No...

— Nosotros demostramos allí que nuestras mujeres son nuestras iguales — gruñe, interrumpiéndome —. Quizás deberíais aprender un poco de nosotros. Os llenáis la boca diciendo que somos animales, pero no asumís que nos volvemos salvajes cuando tocan lo nuestro.

LORETO © COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora