Fue en el lago de Tritonis que Atenea y Palas se conocieron. Las dos jovenes divinidades estando bajo la tutela de Triton, formarían una fuerte amistad y algo más...
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El segundo día de lecciones inició temprano, pues yo y Atenea habíamos acudido temprano a mi padre para iniciar rápidamente con las clases de batalla, mi padre estuvo complacido al observar nuestro entusiasmo por lo que empezó con la clase de estrategia.
Atenea era simplemente impresionante, era buena en muchas areas, pero si hablábamos de estrategia, no había nadie como ella, era tan astuta, inteligente y sabia que lo único que podia hacer era contemplarla, mientras hablaba apasionadamente sobre estrategias de lucha.
— ¿que opinas Palas? — me pregunto Atenea con curiosidad
Me pareció algo divertido y adorable, ella quién seguramente ya había pensado en todas las estrategias posibles y que apostaba ya había encontrado cual era la mejor, pedia mi opinión.
— si hablamos sobre estas posibilidades de batalla — comencé a dar mi opinión
Rápidamente señale unos puntos en un trozo de pergamino donde estábamos simulando un campo de batalla, con seguridad di mi opinión sobre cual seria la mejor estrategia. Por unos segundos sentí nervios incluso preocupación cuando tanto mi padre como Atenea se quedaron en silencio.
— eso es justo lo que había pensado — dijo Atenea con una sonrisa, esa era la sonrisa más grande que le había visto hasta el momento — me parece que teniendo en cuenta las variables del campo esa seria la mejor estrategia — dijo Atenea — ¿que piensas sobre estas variaciones del lugar? — me pregunto Atenea verdaderamente interesada por saber mi punto de vista
Con confianza intercambie mis puntos de vista con Atenea, padre solo escuchaba atento e intervenía cuando tenia algo que decir, pero en lo que respectaba a estrategias de batalla no había nada que enseñarle a Atenea.
— ¿ahora que tal entrenamiento practico? — propuso Triton
Mis ojos y los de Atenea conectaron, las dos nos vimos con emoción.
— a ponerse la armadura — dijo padre
Rápidamente Atenea fue por su armadura y yo fui por la mía. Nunca me había puesto una armadura tan rápidamente, pero estaba tan emocionada que hice todo lo más rápido posible.
— bien — dijo Triton al vernos ya listas — las dos tendrán un duelo, para poder ver su nivel de combate
Atenea se encontraba frente a mi, su armadura intimidante le sentaba perfectamente, en sus manos sostenía una lanza extremadamente afilada, yo por otro lado llevaba puesta mi armadura, no tan intimidante o hermosa como la de Atenea pero aun así util y confiable, a diferencia de Atenea yo blandía una espada.
— ¿están listas? — pregunto Triton viendo entre las dos — bien — dijo cuando las dos dimos un asentimiento de cabeza
Mis pies descalzos se hundieron un poco en la arena, estaba lista para enfrentarme a Atenea. Las demás Ninfas del lugar fueron acercándose al notar que abría un duelo, todos observando con interés lo que pasaría.
